Al PRI se le ocurrió la auténtica chingadera de modificar el artículo primero constitucional para que, en materia de Derechos Humanos, México no esté obligado a seguir los tratados internacionales sobre derechos humanos.
El autor de esta chingadera es el presidente de la cámara de diputados, el priista Francisco Arroyo Vieyra.
El alegato de Arroyo es "armonizar" la legislación en materia de derechos humanos. En realidad lo único que busca es que, ante las leyes blandengues en México sobre derechos humanos, el gobierno priista no tenga que hacerle caso ni respetar los tratados internacionales en materia de derechos humanos.
En la Cámara de diputados el PRI, con sus achichincles del PVEM y del PANAL, tienen mayoría. Pero en el Senado no.
La izquierda, desde luego, se negará a aprobar esta enorme CHINGADERA del PRI. Por lo cual la defensa de los derechos humanos dependerá del PAN.
Será en el voto del PAN en el Senado en donde sabremos de verdad si es un partido de oposición o si es otro palero más del PRI.
Lo irónico es que si avalan la modificación constitucional, entonces La Haya tendrá más motivo para enjuiciar a Felipe Calderón, ya que en México no habrá leyes que lo puedan hacer pagar por sus crímenes de lesa humanidad en el marco de la guerra contra el narco.
Dato curioso: Javier Sicilia hizo un llamado ¡a Peña Nieto! para que no avale la modificación constitucional que probablemente le pidió al PRI que metiera al congreso. Si Sicilia no hubiera llamado a no votar, y en vez de eso hubiera hecho campaña a favor de AMLO, hoy no tendría que estar pidiéndole al PRI la reforma que ellos mismos están proponiendo. Le diría menso, pero creo que el problema no es que Sicilia sea menso, sino que pretende verle la cara de mensos a los demás.
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