Y es que en la sesión del consejo del IFE por el caso Monex, los consejeros se negaron a investigar si el PRI había incurrido el lavado de dinero y, en vez de hacerlo, le dieron vista de los expedientes a la unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual está encabezada por el ex procurador mexiquense Alberto Bazbaz, cuyo jefe es Luis Videgaray, justamente uno de los priistas acusados de lavado de dinero por la oposición.
Además, el IFE notificó a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la cual es parte de la PGR, encabezada por Jesús Murillo Karam, otro de los acusados por la oposición de por haber encubierto la triangulación de dinero de Monex.
Es decir, el IFE pretende que sean los priistas acusados de lavar dinero los que ahora se investiguen a si mismos si lo hicieron.
Esto debido a que, según el consejero Lorenzo Córdova, el IFE no persigue el delito de lavado de dinero aún y cuando está en sus atribuciones investigar si hubo dinero ilícito en las campañas electorales.
El IFE le dio impunidad al PRI, cabe señalar, permitiendo que fuera un militante activo de ese partido, el consejero Sergio García Ramírez, quien decidiera el desempate sobre el dictamen para sancionar al PRI por el caso Monex. Con el voto de García Ramírez, quien además es amigo de los dueños de una de las empresas fantasma usadas por el PRI, el IFE rechazó la sanción al tricolor por el caso Monex.
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