Oficialmente hoy desaparece la Secretaría de Seguridad Pública federal, y con ella la Policía Federal. Ahora estarán bajo el control directo de la Secretaría de Gobernación.
¿Y?
¿De qué sirve eso si de todos modos la violencia en el país sigue fuera de control?
Tan sólo en diciembre, primer mes en el poder del PRI, se calcula en los medios que hubo mil 400 ejecutados en México. Si esa cifra se repite durante 2013, el total de muertos en el primer año de Enrique Peña Nieto en Los Pinos será de 16 mil 800 muertos.
¿Qué diferencia hay entre eso y lo que había con Felipe Calderón? Ninguna.
Peor: Si por algo se ha caracterizado Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Segob, es por su gusto por hacerse guaje y echarle la bolita a otros.
Tan sólo con el caso de la represión de la Policía Federal en San Lázaro el primero de diciembre, en la cual dos maniestantes resultaron heridos de gravedad, no sólo Osorio Chong no quiso responsabilizarse por lo que hizo su policía, sino que además le pretendió echar la bolita al gobierno del DF.
Jueguito en el que, hay que decirlo, cayó la ultra-izquierda redondita.
Además, hasta la fecha, ni Osorio Chong ni Murillo Karam se han hecho responsables de los gastos médicos de Kuy Kendall, a quien la PF casi mata abriéndole la cabeza con una bala de gas lacrimógeno.
¿De qué sirve entonces que la policía federal esté al mando de la Segob?
De un carajo, desde luego.
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