Tanto la izquierda como la derecha en México alega que fue una injusticia que la SCJN liberara a Florence Cassez debido a la violación del debido proceso por el montaje de Genaro García Luna.
Y tanto izquierda como derecha, supongo que para quedar bien ante la opinión pública, alegan que lo que se debió haber hecho es reponer el juicio. Es decir, hacerle otro juicio a Florence Cassez donde ya no hubiera montaje.
Nadamás que si eso hubiera pasado, Cassez de todos modos saldría libre por falta de pruebas. Mire usted:
Desde el 15 de marzo de 2012, expertos en derecho penal, constitucionalismo, relaciones diplomáticas y garantías individuales, dieron a conocer que las evidencias contra Cassez -esencialmente los testimonios de 3 víctimas- son contradictorios y en dos casos hasta inducidos.
Cito textual las conclusiones a las que llegaron tal y como fueron publicadas en Animal Político:
Para el doctor Luis de la Barrera Solórzano, director del Programa de Derechos Humanos de la UNAM, las pruebas testimoniales presentadas contra Florence Cassez, consistentes en las declaraciones de las tres víctimas de secuestro supuestamente liberadas el 9 de diciembre de 2005 (día en que la PGR escenificó un supuesto operativo en el que liberó a los plagiados y capturó a la francesa y a su ex pareja sentimental Israel Vallarta) son contradictorias y, por lo tanto, carecen de validez.
Quien fuera el primer ombudsman capitalino explica que:
A) Tras escenificar la liberación de las víctimas y la aprehensión de Cassez y Vallarta, la señora Cristina Ríos, que se hallaba secuestrada junto con su hijo, Cristian, rindió declaración en la SIEDO, donde le fue presentada la extranjera acusada, cuya voz también pudo escuchar, tras lo cual explícitamente señaló que no la reconocía como partícipe en su rapto.
En esa primera declaración, la víctima explica que tras no identificar a la francesa, elementos de la PGR le aseguraron que se trataba de una de sus agresoras.
Dos meses después, tras conocerse públicamente que el operativo de captura fue un montaje de la PGR para las cámaras de Televisa y TVAzteca, Cristina Ríos cambió su primera versión y afirmó haber escuchado varias veces la voz de la francesa, durante el tiempo en que estuvo secuestrada, lo cual es a consideración de De la Barrera, una “imputación inducida” por los agentes.
B) La segunda víctima rescatada, Christian (hijo de Cristina Ríos), tampoco reconoce a Cassez al rendir su primera declaración, ni por el físico ni por la voz. En cambio, el menor hace una imputación directa contra Israel Vallarta, al que identifica como la persona que le extrajo sangre durante su cautiverio.
No obstante, tal como hizo su madre, dos meses después Christian cambió su primera declaración y afirmó que quien le sacó sangre no fue Vallarta, sino Florence Cassez, a la que dijo reconocer por su acento y la blancura de sus manos.
C) La tercera víctima rescatada, Ezequiel Elizalde, sí reconoce a la francesa desde su primera declaración y afirma fue la mujer encapuchada que se encargó de inyectarle anestesia en una mano, mientras se hallaba secuestrado. Como prueba de ello, este joven exhibió la supuesta cicatriz que dejó dicho procedimiento; sin embargo, a través de pruebas periciales se demostró luego que se trataba de una mancha de nacimiento que nada tenía que ver con una inyección. Además, este tercer imputador presentaba huellas de “tortura” al momento de declarar contra Cassez.
“¿Con base en estos testimonios contradictorios se puede condenar a un acusado?”, se preguntó De la Barreda.
Esto quiere decir que dos de las tres víctimas nisiquiera reconocieron a Florence Cassez como su captora. Ni por la voz y ni por la apariencia. La "reconocieron" hasta que la PGR los indujo a creer que Cassez era su captora.
Y el tercero que dijo reconocerla desde el principio, alega que le quedó una cicatriz por una inyección que le puso cuando en realidad era un lunar.
Ningún juicio se hubiera podido sostener con esas "pruebas". Si el debido proceso se hubiera respetado, el juez las hubiera desechado sin mayor trámite y el caso se hubiera caído por falta de evidencia.
Ahora bien, no pretendo con esto convencer a nadie de que Florence Cassez sea inocente. A mi lo que me interesa con este texto es mostrar por qué la reposición del proceso no era la salida, como alegan izquierda y derecha. El problema de fondo en el caso Cassez fue la violación del debido proceso. Al violarlo, la autoridad se convirtió en delincuente. ESO es lo que realmente afecta a todos; que las autoridades sean las que violen la ley.
Por otro lado, especificamente en el caso de la izquierda, nos hemos quejado durante años cuando encarcelan a militantes y activistas de izquierda sin respetar el debido proceso. ¿Pero ahora que la SCJN está obligado al Estado a respetarlo nos vamos a indignar?
¿Pues qué les pasa?
Si se tratara de los detenidos del 1Dmx estarían aplaudiéndole a la sCJN.
"¡Pero es que Cassez sí era culpable!" dirán algunos.
Pues no es lo que indican las evidencias disponibles. Las evidencias lo que indican es que no se sostienen.
Nos quejamos de que el PRI violó la ley para comprar la presidencia. No nos quejemos entonces de que la SCJN está forzando al Estado a no violarla en el caso del debido proceso.
Porque si no respetamos la ley para que haya equidad, no podemos aspirar nunca a que haya democracia en México.
PD: Insisto: No busco defender a Cassez. Busco señalarle a la izquierda que debe tener sentido común y no dejarse llevar por el hígado, sino por las neuronas.
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