COMENTO: ¿Y Videgaray qué chingados se anda metiendo en el tema de la reforma educativa? Eso le correspondería, en todo caso, a Emilio Chuayffet. La dependencia a su cargo es Hacienda. Que no ande de metiche. Esa reforma es indefendible de cualquier manera. Nadamás deja claro que es tan mala esa reforma que hasta en Hacienda la tienen que defender.
Que Lía Limón, la ex panista que ahora esá en el gabinete de Peña Nieto como subsecretaria de asuntos jurídicos y derechos humanos de la Segob, se negó a recibir a familiares de desaparecidos porque se atrevieron a dar una conferencia de prensa en las puertas de Bucareli antier.
COMENTO: Ahí tienen cómo le importa de verdad al PRI atender a las víctimas: NO LES IMPORTA. Usan cualquier cosa de pretexto para no atenderlos. Lía Limón lo único que está demostrando es miseria humana al no recibir a las víctimas por ejercer su derecho constitucional a la libre expresión. Y Osorio Chong es igualmente miserable por permitir lo que hizo la ex panista.
Que el PAN va contra los comisionados del SNTE que reciben sueldo por hacer grilla.
COMENTO: ¿Y por qué lo hacen hasta ahora y no lo hicieron cuando estaban en el poder ejecutivo? Ah, claro: es que Elba Esher le ayudó a Felipe Calderón a hacer el fraude y tenían que pagar facturas. Hipócritas de porquería.
Que hay menos lectores en México, dice la Fundación Mexicana para el Fomento a la Lectura de acuerdo con una nota de Reforma. Que en 2006 había 56% de lectores y en 2012 ha 46% que dicen leer. Y que 10% en 2012 dice que la lectura no sirve para nada.
COMENTO: Al margen de que este analfabetismo funcional ocurre tras la fallida administración de Felipe Calderón, hay que señalar tres cosas que los que se quejan de que hay menos lectores nunca quieren aceptar:
1. ¿Cómo va a leer más la gente si no hay libros interesantes para leer? Realmente la oferta literaria en México está DE LA VERGA. Novelitas pendejas de mamonazos y hipsters; libros de intelectuales que creen que sus pedos huelen a perfume (tanto de izquierda como de derecha); libros de auto-superación; traducciones de libros gringos pop; y entre todo ese miasma de hueva literaria, uno que otro libro de investigación periodística a precios prohibitivos.
2. No han querido las editoriales en México distribuir el formato digital, lo cual reduciría el precio de los libros al consumidor y por ende los haría más accesibles, facilitando la lectura.
3. No se ha fomentado la cultura de popularización de la lectura. Es decir, no se ha hecho un esfuerzo por rediseñar los libros para que atraigan más al lector; No hay títulos que rompan con lo convencional y nadie toma riesgos. ¿Así cómo carajos quieren que la gente se anime a leer?
Si las editoriales corrigieran todo eso, y si los autores empezaran a publicar en formato digital de manera independiente -mandando al cuerno a las editoriales- la cosa cambiaría y habría mucha más gente leyendo.
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