De miércoles al sábado de la semana pasado ocurrieron 5 ataques a bares de Torreón, Coahuila, dejando un saldo de 11 muertos más uno más de un ataque en diciembre.
El modo siempre es el mismo: un comando armado ingresa a un bar, abre fuego y se va.
Y nadie los detiene. Nadie a pesar de que los tres niveles de gobierno en Torreón, Coahuila, son del mismo partido: el PRI.
El sexenio pasado la excusa de los gobiernos estatales priistas para tratar de justificar su ineptitud contra la inseguridad era que solamente hacían lo que les decía el gobierno federal panista.
¿Pero ahora cuál es su excusa?
Es más: Enrique Peña Nieto cambió a contentillo el sistema de seguridad federal, desapareciendo a la SSP, poniendo a la policía al mando de la Segob y haciendo una policía militarizada mal llamada "Gendarmería Nacional" que no es otra cosa más que soldads vestidos de policía.
¡Y aún así no puede con la inseguridad!
Repito, esto a pesar de que los tres niveles de gobierno en Torreón son priistas.
Porque estoy asumiendo que es simple ineptitud e incapacidad de Peña Nieto para gobernar. Mucho más grave sería considerar la alternativa: que no detiene la violencia no por inepto, sino por cómplice.
¿Y para qué está Peña Nieto en el poder si no va a resolver el problema de la inseguridad?
Peor: pretende continuar con la estrategia fallida de guerra contra el narco de Felipe Calderón.
Por el bien del país, y ante su incapacidad para resolver el problema de inseguridad, Enrique Peña Nieto debe renunciar al cargo. Porque lo que está ocurriendo aquí ya no es un simple pleito entre bandas del narco. Ya se trata de ataques contra la seguridad de la gente.
En esto es en lo que la izquierda debería estar apuntando sus ataques, no en auto-destruirse atacando al GDF.
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