La reforma educativa que Enrique Peña Nieto envió al congreso sí abre la puerta para que las escuelas legalicen el cobro de cuotas escolares. Está escondido, y con lenguaje vago, pero sí está ahí. Mire usted:
Me preguntaron ayer que si sabía algo sobre la imposición de quotas escolares con la reforma educativa que está actualmente en la Cámara de Diputados.
Respondí que hasta donde tengo entendido no hay nada en la reforma educativa sobre las cuotas escolares.
Luego de eso, apareció en El Universal una nota sobre una declaración de un diputado de Movimiento Ciudadano en el sentido de que la reforma educativa privilegia cuotas en las escuelas, aunque no dijo cómo en qué parte de la reforma dice eso.
Busqué entonces directamente en el documento de la reforma educativa, el cual pueden ustedes consultar aquí mismo:
El texto no menciona nada espcífico sobre cuotas escolares. Hace referencia a las aportaciones económicas que recibirán las escuelas por orden del congreso, pero nada específico sobre cuotas.
El punto central de la reforma educativa es la creación del Instituto Nacioal para la Evaluación de la Educación (INEE) que es la estratagia de fachada del PRI y Elba Esther Gordillo para atacar a la disidencia que se opone a Gordillo.
Sí; bajo el pretexto de que un instituto "independiente" decidirá cuáles maestros tienen plazas cuáles no, y por qué motivos, con toda la facilidad del mundo pueden empezar a quitarle sus plazas a la CNTE y a cualquier otro disidente que busque democratizar al gremio de la educación.
Pero de las cuotas no hay nada en específico.
Sin embargo, uno de los artículos transitorios de la reforma, el quinto, fracción III, sí contiene un texto que podría interpretarse como una puerta abierta para el cobro de cuotas escolares con permiso del gobierno.
El texto dice que se adecuará el marco jurídico educativo para:
"Fortalecer la autonomía de gestión de las escuelas con el objetivo de mejorar su infraestructura, comprar materiales educativos, resolver problemas de operación básicos y propiciar condiciones de participación para que alumnos, maestros y padres de familia, bajo el liderazgo del director, se involucren en la resolucipon de los retos que cada escuela enfrenta."
El texto es deliberadamente vago, como todo el "Pacto por México" para que la gente no se de cuenta de lo que realmente pretende el PRI. Pero la realidad es que el texto de la reforma sí abre la puerta para el cobro de cuotas.
Por esto: si las escuelas van a tener autonomía para resolver problemas de operación básicos, mejorar su infraestructura, etc, y a los que van a involucrar es a los padres de familia, eso sólo tiene una de dos posibles salidas. O van a poner a los padres de familia a recaudar dinero, hacer ventas, etc, o de plano van a pedirles cuotas.
Lo cual es una marranada y una hipocresía por parte del PRI, que tanto cacarearon por medio de su apéndice, el PVEM, que eliminarían el pago de cuotas escolares.
En todo caso, lo que la reforma educativa debería tener es una prohibición explícita a las cuotas en las escuelas, así como una fuerte sanción para quien las pretenda cobrar. No las tiene.
Si los legisladores de izquierda dejan que esta reforma pase así, tal cual está, sin incluir una prohibición específica a las cuotas, estarán convirtiéndose en cómplices de otra agresión ecnómica el PRI a los mexicanos, a quienes ya los agredieron con otro gasolinazo.
Y desde luego que pueden agregar esa prohibición. De hecho, el párrafo C del mismo artículo transitorio dice que se adecuará el marco jurídico para "prohibir en todas las escuelas los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos."
Si pueden prohibir eso ¿por qué no las cuotas?
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