Unos minutos después de que la Cámara de Diputados aprobara en lo general y en lo particular la reforma educativa, Elba Esther Gordillo dio una conferencia de prensa para lanzar una advertencia: no se metan con los maestros.
Esto ocurrió porque, al final, no se pudo concretar un cambio que quería el SNTE a la redacción de la reforma al artículo tercero Constitucional respecto a la evaluación de los maestros. El texto final quedó así:
"La Ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional, con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación".
El SNTE quería que se eliminara del texto la palabra "permanencia", ya que si el Instituto Nacional de Evaluación Educativa puede decidir quién se queda y quieén no, entonces pueden quitar a los achichincles de Elba Esther de sus cargos y así restarle poder.
Pero en vez de eliminarla, los diputados le agregaron el texto "con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación", lo cual resulta medio ambiguo. Un despido no es exactamente una violación a los derechos de los trabajadores cuando hay justificación para hacerlo. Pero si se usa a la evaluación como justificación de despido, no hay entonces violación a los derechos.
Eso es lo que no le gustó a Elba Esther.
Y no le gustó porque el plan original de la reforma educativa era que desde el Ejecutivo federal se controlara al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Si Peña Nieto controlaba al INEE, entonces Elba Esther no tenía problema. Por el puro pago de facturas por el fraude de Peña Nieto, no se meterían con ella ni con sus achichincles.
Pero el congreso cambió la manera en la que se seleccionará al INEE. Ahora Peña Nieto debe enviar ternas al Senado para que se elija a los consejeros del INEE de esa manera, lo cual le quita control a Peña Nieto sobre el INEE.
El futuro de Elba Esther, por lo tanto, quedaría en manos de los partidos políticos. En el Senado la oposición es mayoría. Y en 2015 el PRI podría perder la mayoría en San Lázaro.
¿Qué le queda entonces a Gordillo? Lanzar amenazas. Advertir que no se metan con los maestros.
Y ojo: La advertencia que lanzó fue principalmente para los partidos políticos. Dijo:
"Claramente decimos que ese acuerdo firmado por el PAN, PRI y PRD no toma en cuenta a los maestros."
Agregó:
"Lamento mucho que el PAN se haya olvidado de las políticas que impulsó siendo gobierno, lamento mucho que el PRD claudique ante una bandera tan importante como es la educación pública, lamento que el PRI no vea las cosas con claridad que el País necesita".
Pero sobre Peña Nieto en específico no dijo nada.
Y no era necesario que lo hiciera. Le debe el fraude con la operación Agora. Él no se va a meter con ella -yo hasta diría que las ternas que envíe al congreso serán elegidas de entre las filas de los achichincles de Elba Esther. Pero los partidos son otra cosa.
Si hubiera quedado el INEE en manos de Elba Esther, como era su plan, no hubiera lanzado advertencias. Las lanza porque sabe que los partidos se podrían meter con ella.
Al final nada va a cambiar. Elba Esther seguirá pastoreando al magisterio, no se tocará a los maestros, y el INEE quedará de institución decorativa. La advertencia de Gordillo, a como lo veo, es para que no se le ocurra a los partidos otra cosa.
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