De acuerdo con el New York times, 81 mil dólares de los los más de 200 mil dólares que pagó Walmart en sobornos para poder construir la tienda sin permiso en 2004 fueron para sobornar a funcionarios del INAH, instancia federal bajo el mandato de Fox.
El INAH permitió que Walmart construyera sin un permiso y sin investigar si había vestigios arqueológicos en el lugar. Resultó que sí los había, pero de todos modos el INAH permitió la excavación alegando que había un estudio de 1984 que descartaba que fuera el caso.
Sin embargo, el estudio de 1984 no tenía nada que ver con el terreno donde se pretendía construir, sino con otro terreno a varios metros de distancia.
Para lograr el permiso de construcción, Walmart ofreció hacer un "donativo" de 45 mil dólares al INAH y un "regalo personal" de hasta 36 mil dólares.
Los funcionarios ahora niegan haber recibido dinero, pero el hecho es que el INAH preparó documentos extemporáneos para inventar permisos que nunca dieron para la construcción de la tienda.
El permiso del INAH fue firmado por Mirabel Miró, en ese entonces la representante del INAH en el Estado de México.
En el caso del gobierno del Estado de México, en ese entonces bajo la administración de Arturo Montiel, el NYT señala que en 2006, apenas una semana después de que Montiel anunciara que se buscaría otro sitio para el Walmart, su administración reculó de manera inexplicable aleganque si no podían parar el Walmart porque de lo contrario estarían violando la ley.
Esto a pesar de que Walmart había sobornado a múltiples funcionarios municipales, incluyendo al alcalde del Teotihuacán, y a pesar de que alteraron de manera ilegal el mapa con el que se le dio a Walmart un permiso ilegal para construir.
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