sábado, 8 de diciembre de 2012

El Himno Nacional Mexicano - ¿se merecen los mexicanos este himno?

Me indican que una fulana "Ana Bárbara"  hizo el ridículo cantando (mas bien rebuznando) el Himno Nacional Mexicano en la pelea de Marquez contra Pacquio.  Ah, ¡las vergüenzas que pasan los mexicanos con tanto pendejo apátrida!  

La historia de nuestro himno se encuentra en esta obra de teatro que pueden leer en este enlace: http://cerrodelascampanas.blogspot.com/2011/06/el-himno-obra-de-teatro.html.  Es importante que conozcan el ambiente y hechos en que vino a luz y en esa obra los personajes (Bocanegra, el Nigromante, Guillermo Prieto, y otros) desglosan todo ello.  Y el punto central del debate es: ¿se merecen los mexicanos este himno?  

Si quieren oír el himno cantado en forma correcta (y hasta gloriosa), con soprano y tenor, y con todas sus diez estrofas originales, pueden hacerlo en este video:



Discurso final del Nigromante Ignacio Ramirez:


Ramírez:

Se agradece la confianza. Bien, yo diría que este texto es una serie de demandas, exigencias, hechas a los mexicanos y a la patria misma. Los primeros deben de ser belicosos e implacables. Y la patria, aunque coronada con las guirnaldas de olivo de la paz, debe estar dispuesta a ser cruel y gastar como agua las vidas de sus hijos. Por otra parte, la grandeza de la patria no esta en el acero o en el bridón sino en su destino, de orden y progreso, y este esta escrito ya en el mismo cielo. Solo si recordamos ese destino, recordando nuestra historia, los laureles de gloria volverán la frente patria a ornar.

¿Qué si son merecedores los mexicanos de este himno? Después de todo, somos hoy una nación de esclavos, tanto esclavos por los pretorianos que nos reducen a esa condición como por el oscurantismo de la iglesia que mantiene al pueblo ignorante y pendejo. Perdónenme, se que algunos de ustedes no comulgan con esas ideas pero así es como lo veo yo. Somos esclavos de la soldadesca y de los curas. Y quien sabe si seguiremos siendo esclavos de esos mismos cabrones de aquí a cien o 200 años. Y bien sabemos que los esclavos no tienen patria: tienen amo.

Bien, los mexicanos se merecerán este himno en la medida en que sean como los describe don Francisco, inflexibles e intolerantes ante cualquier afrenta y enemigo que injuria a la patria. Solo un hombre libre puede ser de esa manera. ¿Quieren dejar de ser esclavos los mexicanos? Pues vuélvanse ansina de cabrones como los describe don Francisco, dispuestos a agarrar el acero y el bridón a la menor ofensa a la patria.

Y si, hay extraños y no tan extraños enemigos ofenden con tan solo mancillar el suelo patrio. ¿Y saben quienes son? Son los que venden, mutilan, humillan a la patria, los que la roban, le mienten, la endeudan, los que injurian y reprimen con su tiranía a sus hijos, los que se burlan y desprecian lo mexicano y a los mexicanos para favorecer al extranjero, los que la debilitan y la exponen a que venga cualquier hijo de la chingada desde el exterior a mutilarla o robarle sus tesoros.

¡Ay de los mexicanos! Los conocemos muy bien a esos hijos de puta. Quitamos uno y otro se alza, cual cabeza de hidra. Pero este texto será, creo yo, si su significado “inflama nuestra mente” como escribió don Francisco, el que nos mantendrá serenos bajo la metralla mientras les hacemos guerra, guerra, en montes y valles a esos cabrones. Y si esos desgraciados triunfan, ¡que reinen sobre las ruinas carajos!, ¡que no les aproveche su crimen!

Felicidades, don Francisco, Dios quiera que usted gane el concurso y que este texto sea estudiado, discutido, y cantado por las generaciones que vienen.

Y ahora, para terminar, nosotros los muertos convocamos al respetable a que se ponga de pie y entone este himno. ¡Viva México!

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