Todo rastro del ex diputado federal del PT, Mario Di Costanzo, uno de los hombres más fieles al lopezobradorismo, de plano desapareció de internet.
Su cuenta de Twitter fue borrada. Su blog, lleno de información valiosa sobre la economía mexicana y sobre las propuestas lopezobradoristas, también desapareció.
No creo que sea difícil adivinar lo que pasó: Mario se debe haber hartado de los constantes ataques de la ultra-requete-recontra-mucha-y-verdadera-e-infalible izquierda y mejor se fue de internet.
Lamentable, ya que Mario era el único que decía con lujo de detalle qué empresas eluden impuestos; era el único que decía como despilfarraba el presupuesto el gobierno federal, entre otros datos mucho muy valiosos.
Supongo que eso era lo que quería la ultra-izquierda: aniquilar a Mario Di Costanzo y usarlo de chivo expiatorio para desfogar sus frustraciones por la derrota electoral de Andrés Manuel López Obrador.
Sí; derrota. A la mala y a billetazos, violando la ley, rebasando topes de campaña, etc, pero derrota al fin y al cabo.
¿Y el PRI? ¿Y Peña Nieto? Tan campantes como siempre. Listos para hacer jugosos negocios al amparo del poder público. A ellos la ultra-izquierda no los toca. Hasta parecería que operan para el PRI.
¿El pecado de Mario? Decir que no ha pedido ni pedirá trabajo con Peña Nieto, pero que si le ofrecen no lo rechazaría. Igual que como ocurrió con Manuel Mondragón, a quien la ultra-izquierda defendió a capa y espada cuando aceptó ser secretario de seguridad pública de Peña Nieto, y a quien a duras penas han tocado pese a que la Policía Federal casi mata a un manifestante y dejó sin un ojo a otro.
No, a esos no los toca la ultra-izquierda. Con quien se meten y atacan con vileza y miseria humana es a los verdaderos aliados de la izquierda: a Marcelo Ebrard, a Miguel Ángel Mancera y mexicanos ejemplares como Mario Di Costanzo, quienes defendieron los intereses de la gente desde el congreso como nadie nunca lo había hecho.
Qué lamentable que la ultra-izquierda haya caído tan bajo; que se haya mostrado así de ruin, de auto-destructiva, así de mezquina y así de miserable.
¿Y todo por qué? Por insistir en la estupidez de la pureza política que no existe ni existirá.
Quieren pureza, pero toleran que Manuel Bartlett sea senador ¡de MORENA!; Que Arturo Núñez sea gobernador; que haya múltiples acusaciones de juego sucio en las elecciones internas de MORENA (de las cuales el Peje dice que son impecables a pesar de que la gente que lo apoya desde hace años relata que fue todo lo contrario), y que La Jornada, con un video tendencioso y manipulador de Julio Hernández pretenda linchar a Marcelo Ebrard a pesar de que el policía al que "entrevista" admita que desobedeció órdenes y arrestó gente por "molestia" e "impotencia."
Ah, pero el malo es Marcelo. El pobrecito policía que es el que admite que hizo lo que se le hinchó a pesar de que sus órdenes eran otras, es la víctima. Poeshito.
¿Esa es la izquierda con la que se supone que vamos a sacar al PRI del poder en 2018? ¿Esa es la izquierda que va lograr convencer a más gente de que cambie su opinión sobre la izquierda? ¿Esa es la izquierda que dizque hará la "revolución" y cimbrará al país con su "paro nacional"?
Diría que estoy molesto de no ser porque estoy muy decepcionado. La izquierda no ha aprendido a ver más allá de sus narices y sigue creyendo que la burbuja en la que vive es la realidad. E incluyo en esa burbuja a Andrés Manuel López Obrador, quien no ha salido de ella porque la gente que lo rodea no ha tenido los tamaños para decirle "oye Andrés, espérate. Necesitamos una nueva estrategia." Esa obediencia ciega es lo que le impidió tener una campaña mucho más eficaz.
Lo peor, es que con su onda de la pureza y de auto-inmolarse, la izquierda cada vez irá perdiendo más seguidores. Y eso SÍ me molesta porque cuando yo empecé a apoyar a Andrés Manuel en 2004 con el antiguo Sendero, lo hice con la esperanza de que así pudiéramos lograr cambiar al país y ayudar a millones de mexicanos sumidos en la pobreza.
No me duelen los fracasos de la izquierda porque yo haya sido parte de ese esfuerzo. Me duelen porque significa que la gente humilde a la que buscábamos ayudar seguirá igual.
Me duele porque nada cambia.
Y menos va a cambiar con una izquierda ultra, intransigente y mezquina. ¿Así qué diferencia hay entre ellos y los chuchos si finalmente el proceder de los dos termina ayudándole al PRIAN?
Yo voy a seguir luchando desde esta trinchera defendiendo ante todo a la verdad y al sentido común. No voy a linchar a quien no se lo merece ni voy a ser malagradecido con las personas que, como Mario, se partieron la cara defendiendo al proyecto de izquierda a pesar de que lo único que recibieron a cambio fue desprecio del lopezobradorismo y al final, por se honsto, ataques ruines e injustificados.
Todo mi respeto y todo mi apoyo para Mario Di Costanzo en donde se encuentre. Le deseo suerte en lo que emprenda. Ojalá que la ultra izquierda aprenda que se está equivocando, y que el verdadero enemigo es el PRIAN.
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