Ayer me enteré que un conocido de Mexicali que toda la vida fue panista de hueso colorado votó por Peña Nieto en las elecciones presidenciales.
"¿Qué? ¿Cómo fue eso?", pregunté.
"Es que ya no quería votar por el PAN, y el PRI no le agrada, pero dijo que en la tele mostraban a López Obrador como un dictador."
Mtamadre... Ya ni quise desmentir esa calumnia debido a que, para empezar, estaba hablando con un tercero y no con el conocido panista. Y en segundo, ¿ya qué? Ya pasaron las elecciones.
Sin embargo me puse a pensar en lo grave que es esto. Vea usted por qué:
Para empezar, quiere decir que sí hubo guerra sucia en televisió contra AMLO. Esto a pesar de que legalmente está prohibido.
En segundo lugar, quiere decir que el estar constantemente haciendo golpeteo contra la izquierda sí le reditúa a la derecha. Al final, el voto de este conocido fue para la derecha.
Y me puse a pensar en lo grave que es para la izquierda que la ultra-izquierda se la viva atacando al único político de izquierda que llegó con absoluta legitimidad al poder: Miguel Ángel Mancera.
Encima de eso, la ultra-izquierda lo ataca sin sustento, acusándolo de "represor" cuando nunca ha sido el caso.
Hmmm.... represor... O sea que cuando el mismo conocido de Mexicali tenga que elegir por una opción política en las elecciones de Baja California en unos meses, va a decir "no, la izquierda es represora, lo dicen ellos mismos."
Y votará por el PRI.
Si he insistido en que la ultra-izquierda le está haciendo el trabajo sucio al PRI es porque esa es la realidad. Estar golpeando sin sustento, con calumnias, con falsedades, y además desconociendo la ley y los procedimientos legales de los tres poderes dela unión, no le ayuda a la izquierda; le ayuda al PRI.
Peor aún: con los ataques de la ultra-izquierda a la izquierda institucional, le están haciendo al PRI el trabajo sucio que antes le hacía la televisión.
La izquierda no podrá vencer al PRI si no se gana la confianza y el voto de los panistas que ya no quieren votar por el PAN, así como el voto independiente. Y tachando a la izquierda institucional, como en el caso de los ataques a Mancera, menos se podrá ganar esa confianza.
Si la ulta-izquierda no se da cuenta de eso, estará perdida y jamás podrá cambiar nada en este país. La política no se gana con berrinches. Se gana con estrategia.
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