Lo dijimos ayer en esta columna: si el PAN se rajaba con la transparencia sindical, entonces el PRD tenía que responder negándose a hacer alianza con el PAN en las elecciones estatales en 2013.
Y eso fue exactamente lo que hizo ayer Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD; advertir que luego de que el PAN rompió su palabra con la reforma laboral, entonces quedaba en duda la posibilidad de hacer alianzas electorales en 2013.
La chamaqueada del PAN, sin embargo, fue doble, ya que además de regresar la reforma laboral con la transparencia sindical mutilada, le enviaron al Senado un oficio diciéndoles prácticamente que si rechazaban la mutilación de la transparencia sindical, entonces que de todos modos enviaran la reforma al ejecutivo sólo con los artículos aprobados por las dos cámaras.
Es decir, con los que agreden a los trabajadores.
Eso quiere decir que ahora inclusive si el Senado rechaza los cambios a la reforma laboral, no se podría congelar.
El PRD, por lo tanto, tiene que ser menos pussy, fajarse los pantalones, pintar su raya y declarar con toda contundencia que si la reforma laboral se publica sin la transparencia sindical, no habrá alianzas electorales con el PAN. Es decir, mandar a los panistas a volar.
Y que se joda el PAN con su tercer lugar en las preferencias electorales, ya que ahora la izquierda podrá decir que fue el PAN quien le ayudó al PRI a perjudicar a los trabajadores.
Y el PAN no tendrá manera de justificar la reforma laboral, ya que su única justificación, que era la transparencia sindical, la rechazaron ellos mismos.
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