De acuerdo con Reforma, el evento en el que se ofreció la disculpa pública tuvo lugar en el salón "El triángulo del sol" del Centro Internacional Acapulco, bajo el resguardo de más de 200 policías estatales antimotines ante una posible manifestación.
Sin embargo, los afectados por la represión, tal y como anunciaron días antes, no asistieron.
La disculpa fue ofrecida por el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, y por el directo de Derechos Humanos de la SSP, Víctor Hugo Pérez Hernández.
Ambos declararon que la represión ocurrida en el desalojo nunca debe volver a ocurrir.
Aguirre, por su parte, dijo que el gobierno de Guerrero cumplió con un 80% con las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos enviadas en marzo.
Al evento, señala Reforma, sólo asistió el hermano del empleado de una gasolinera que falleció tratando de apagar una bomba de gasolina.
Ni los familiares de los dos estudiantes muertos, ni los normalistas, asistieron al acto ya que indicaro que no quieren una disculpa, sino castigo para los responsables.
Humberto Salgado, secretario general de gobierno de Guerrero, declaró que en los hechos no hubo autors intelectual, pero sí materiales, y que dos policías ministeriales están bajo proceso, mientras que 12 funcionarios de la Procuraduría de Justicia de Guerrero han sido sancionados administrativa y penalmente.
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