Durante todo el día de ayer las quejas de los twitteros mexicanos fueron constantes, señalando principalmente a Peña Nieto y acusándolo de tener miedo de la gente.
Ante la molestia del pública, el PRI intentó deslindarse. Jesús Murillo Karam, presidente de la mesa directiva de San Lázaro, por ejemplo, declaró que él no fue el que pidió el cerco.
Sin embargo, Murillo tampoco hizo un esfuerzo real por levantar el cerco.
De acuerdo con Reforma, Murillo declaró que a lo que se limitó fue a pedir que sean "las menores molestias posibles", pero sin exigir el retiro del cerco.
Por la noche, Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del DF, declaró que el cerco en San Lázaro es ofensivo a la Ciudad de México.
Además de cercar San Lázaro, Felipe Calderón ordenó cerrar cuatro estaciones del Metro y una del Metrobús desde el domingo, causando molestia entre los capitalinos que tienen que transportarse a sus empleos.
El consenso en redes sociales es que el cerco es portemor de Calderón y Peña Nieto a las manifestaciones que pudieran ocurrir durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto el primero de diciembre.
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