Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD y número dos de la corriente Nueva Izquierda, anunció antier que había iniciado pláticas con el PRI, con el PAN y con el equipo de Enrique Peña Nieto hacer un pacto nacional para sacar diversas reformas.
Pero ayer, la Comisión Política Nacional del PRD le dijo a Zambrano que no aceptarán ninguna negociación a ciegas.
Agregaron que sólo aceptarán acuerdos con agendas previas y procedimientos claros, y que no pueden respaldar ciegamente los cinco puntos que establece el acuerdo que hizo Zambrano sin tener claridad sobre lo que realmente se propone.
Los cinco puntos son:
1. Derechos sociales.
2. Seguridad social universal.
3. Crecimiento económico.
4. Empleo.
5. Competitividad.
Lo cual suena muy bonito, pero no dice lo verdaderamente importante: CÓMO se va a lograr. Porque la reforma laboral salinista, por ejemplo, es usada por el PRIAN para justificar empleo, competitividad y crecimiento económico, pero jode a los trabajadores.
A pesar de eso, Jesús Zambrano aceptó sumarse al pacto priista. Pero ahora el PRD le puso un alto.
Lo interesante de esto, es que el PRD le puso el freno a Zambrano sin estar Andrés Manuel López Obrador en sus filas.
Digo que es interesante porque según los chuchos, ahora que no está el Peje en el PRD ya iban a poder hacer lo que quisieran porque él era el único que se negaba a los arreglos con el PRIAN.
Pero no es López Obrador el que le está poniendo freno a Zambrano: es el consejo directivo del PRD.
Es más; el PRD le reclamó a Zambrano estar impulsando proyectos unipersonales, que es de lo que Zambrano acusa a AMLO.
Los que sí le aceptaron a Zambrano el negociar con el PRI y con el PAN fueron los gobernadores de izquierda, excepto por Marcelo Ebrard que no firmó el comunicado de respaldo.
Supongo que los gobernadores del PRD aceptaron porque necesitan amarrar presupuestos para sus estados. Y en el caso del DF, Miguel Ángel Mancera está buscando además la reforma política para que el DF sea el estado 32 y no tenga que subordinarse al gobierno federal, lo cual evitaría que la policía del DF tuviera que seguir instrucciones de la policía federal, por ejemplo, lo cual se ha convertido en un reclamo constante de la izquierda.
Así que si Zambrano quiere evitarse problemas, lo que debe hacer es lo que debió haber hecho desde el principio: no irse por la libre y decir exactamente en qué consiste el pacto con el PRI y con el PAN.
Y los gobernadores perredistas deberían buscar un acuerdo más favorable para la izquierda. Después de todo, seamos honestos, el PRI tiene pavor de que la izquierda proteste contra Peña Nieto. Es entonces el momento para que la izquierda ponga sus condiciones y obtenga sus demandas. Porque después quien sabe y pueda.
Y porque si bien es necesario que los gobernadores del PRD amarren presupuesto para sus estados, tabién es necesario que no pierdan votos para la izquierda, ya que si la izquierda quiere llegar al poder en 2018, deberá tener la mayor cantidad posible de votos.
PD: ¿Y la reforma electoral? El pacto se podría justificar con una reforma electoral que le impida al PRI comprar votos en 2018. Ese debería ser el principal objetivo del pacto.
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