El niño de 10 años Henrik Cuacuas murió luego de que le dispararon a la cabeza dentro de un Cinépolis en la Ciuda de México.
Tal vez nunca nos hubiéramos enterado del asesinato de no ser porque apenas ayer apareció una nota en la prensa al respecto con las declaraciones del padre del niño señalando lo que no se puede catalogar más que como negligencia de la cadena de cines.
¿Quiénes deben de responder por esa muerte? Varios:
El primero que debe responder por la muerte del niño es Alejandro Ramírez, dueño de Cinépolis. No es posible que el procedimiento aprobado por el corporativo para algo tan grave como un balazo a un niño no incluya detener la proyección de la película, como asegura el padre del niño, luego de que hubo un balazo en la sala.
Y tampoco es posible que Cinépolis haya emitido ayer un comunicado diciendo que nunca se habló de la detonación de un arma de fuego. Especialmente si consideramos que poco después de eso la Procuraduría del DF confirmó que el niño sí recibió un balazo.
Por cierto: según expertos forenses, el balazo fue a corta distancia. Eso quiere decir que alguien en el cine tenía un arma, la detonó, ¿y NADIE hizo NADA por alertar a las autoridades?
Desde luego tienen responsabilidad todos los que sabían lo que había pasado y no hicieron ni dijeron nada hasta ayer.
Pero más responsabilidad tiene Cinépolis al guardar silencio.
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