Ayer por la mañana hubo una masiva protesta en las oficinas de la Delegación Benito Juárez contra el panista Jorge Romero.
Comerciantes ambulantes de la Asociación de Invidentes le reclamaron que estuviera retirando sus puestos de las calles de Benito Juárez siendo que cuentan con permiso para vender sus productos por un decreto presidencial de 1953.
Amedrentado, Romero ordenó cerrar las puertas de la Delegación, cerrar las rejas detrás de las puertas y mandó llamar a varios policías para que bloquearan la entrada.
Nunca salió a dar la cara. A lo más que llegó fue a mandar a su achichincle Luis Mendoza a ver desde atrás de las puertas cerradas lo que ocurría. Era evidente ya que está tan gordo que se notaba desde afuera.
La venganza de Romero vendría por la noche. La gente del panista fue a tratar de quitar un puesto de un invidente por avenida Universidad. El invidente se opuso, argumentando con toda justificación que cuenta con el permiso del decreto presidencial.
Pero la gente de Romero no sólo no quiso escuchar, insistió en llevarse el puesto -violando la ley al hacer eso- y además agrediendo físicamente al invidente.
Por la agresión, el invidente busca levantar un acta contra Romero.
¿Cómo se eso? Porque anoche el representante de la víctima me llamó por teléfono para denunciar lo que había ocurrido.
"Soluciones" dicen dos mantas enormes colgando de la entrada de la Delegación Benito JUárez. Pues sólo que se refiera a una mezcla de químicos, porque si con eso se refiere a resolver cosas, no es el caso.
Y por el contrario, muestra que Romero viola la ley y es un represor.
Le van a costar al PAN perder Benito Juárez en 2015 estos berrinches de Romero. Ya de por sí no lo quieren en el PAN-DF. Echándose encima a la gente menos va a lograr el PAN retener la delegación.
Y como el PAN ya no tiene al gobierno federal, a Romero no le quedará otra más que ponerse a buscar trabajo. Sin estar titulado, es de dudarse que lo pueda conseguir.
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