miércoles, 10 de octubre de 2012

Reforma electoral YA - Parte 1: La reforma que no quiere la derecha

Por Victor Hernández

En 2006 la izquierda tuvo dos grandes quejas respecto a las elecciones presidenciales. UNO: los spots de guerra sucia contra AMLO. DOS: que el tribunal electoral del poder judicial de la federación no permitió el recuento de votos en casillas donde las sumas y las restas no cuadraban en las actas.

Por ese motivo la izquierda impulsó la reforma electoral de 2007, con la cual se buscó tapar esos dos huecos en la ley que le permitían a la derecha -especificamente al PAN- atacar a la izquierda y ganar a la mala. Con la aprobación de la reforma electoral se prohiibió comprar tiempo aire para spots y se ordenó el recuento de votos por ley bajo diversos escenarios.

Andrés Manuel López Obrador no estuvo de acuerdo con esa reforma porque la derecha le agregó algo que ponía a la izquierda en desventaja: recortó el tiempo de campaña para la presidencia.

El argumento de AMLO para oponerse a la reforma electoral fue que si se recortaban los tiempos de campaña, entonces ganaría el que gastara más dinero.

En parte fue el caso y en parte no. Fue el caso en el sentido de que, en efecto, el PRI tuvo que comprar voto a destajo para poder imponer a Peña Nieto.

Pero NO fue el caso en el sentido de que a partir de mayo de 2012, a poco más de un mes de empezada la campaña, Andrés Manuel empezó a subir rapidamente en las encuestas, rebasando por mucho a Josefina Vázquez Mota y, de acuerdo con sus propias encuestas, al propio Peña Nieto.

Lo cual quiere decir que con los nuevos tiempos de campaña sí era posible ganar una elección.

El problema es que aún quedaban huecos en la ley que le permitieron a Peña Nieto hacer fraude. Pero de eso hablaremos en la segunda parte de esta columna.

El caso es que el primero en respingar por la reforma electoral de 2007 fue el monero de la derecha, a quien al parecer no le gustó la idea de que la Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial ya no pudieran pagar por spots de guerra sucia contra AMLO.

Una vez aprobada la reforma electoral de 2007, un grupo de "intelectuales" (si es que así se les puede llamar) de derecha, incluyendo al monero de la derecha y a Enrique Krauze, firmaron un amparo para echar abajo a la reforma electoral. Que porque vulneraba el derecho a la libre expresión. No pudieron. La SCJN no les quiso dar la razón.

¿Y qué creen? Gracias a esa reforma electoral hubo recuentos en 2012 (aunque hechos con las patas, pero eso es otro tema), y ni el PAN ni el PRI pudieron atascar a la TV con spots de guerra sucia. Vaya, el IFE echó a abajo dos spots de guerra sucia del PAN contra AMLO gracias a la reforma de 2007.

Y ahora, luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le entregara la constancia de mayoría a Enrique Peña Nieto, ¿quién creen que fue el primero en recomendarle a Peña Nieto que NO le ofreciera a la izquierda una "reforma política", aunque en realidad refiriéndose a una reforma electoral? Pues ni más ni menos que el monero de la derecha.

Que porque Felipe Calderón, sugiró el susodicho monero, le ofreció una reforma política "a contentillo" a AMLO y ni así lo logró contentar.

En realidad lo que le debe preocupar al monero de la derecha es que si se le impide al PAN calumniar en la tele, se ordena por ley recontar los votos donde hay sospecha de fraude, y si además se tapan los huecos en la ley que le permiten al PRI comprar votos y rebasar topes de campaña, entonces la izquierda llegará finalmente al poder en 2018.

Es por eso que nadie en la derecha ha tocado el tema de la reforma electoral -salvo el monero de la derecha, para oponerse. Y es por eso que la izquierda debe enfocar sus esfuerzos en lograr esa reforma.

Pero no; la izquierda se está desgastando con la reforma laboral a pesar de que, con maña, se puede mandar a la congeladora. Simplemente hay que hacerle cambios en el Senado, votarla, y ya de regreso en San Lázaro se puede congelar.

Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard ya empezaron a trabajar rumbo a 2018. Saben que si la izquierda quiere sacar a la derecha del poder deben empezar desde ahora. Y por eso mismo es que desde ahora la izquierda debe empezar a buscar la reforma electoral. Sin esa reforma, será sumamente difícil vencer al PRIAN en 2018.

(Continuará)

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