Dijo ayer el diputado panista José González Morfín que no ve ánimo de que se quiera congelar a la reforma laboral en San Lázaro una vez que sea regresada del Senado con el tema de la transparencia sindical.
De acuerdo con Notimex, González Morfín dijo ayer, además, que no hay ningún riesgo de que la reforma laboral deje de ser iniciativa preferente, y que la cámara de origen sólo entraría a discutir solamente los temas que se pudieran haber modificado -que en este caso serían los de la transparencia.
Y dijo que no cree que esté en el ánimo de nadie congelar la reforma laboral.
González Morfín se equivoca. Vea usted por qué:
Para empezar la iniciativa preferente, figura bajo la cual se envió la reforma laboral al congreso, sólo tiene dos plazos de 30 días para su votación en el congreso.
Esto quedó establecido en el texto del artículo 71 constitucional luego de que se aprobara la reforma política. Dice el artículo 71:
"El día de la apertura de cada periodo ordinario de sesiones el Presidente de la República podrá presentar hasta dos iniciativas para trámite preferente, o señalar con tal carácter hasta dos que hubiera presentado en periodos anteriores, cuando estén pendientes de dictamen. Cada iniciativa deberá ser discutida y votada por el pleno de la cámara de su origen en un plazo máximo de treinta días naturales. Si no fuera así, la iniciativa, en sus términos y sin mayor trámite, será el primer asunto que deberá ser discutido y votado en la siguiente sesión del pleno. En caso de ser aprobado o modificado por la cámara de su origen, el respectivo proyecto de ley o decreto pasará de inmediato a la cámara revisora, la cual deberá discutirlo y votarlo en el mismo plazo y bajo las condiciones antes señaladas."Como pueden ver, el texto consititucional no especifica qué sucede si la cámara revisora, en este caso el Senado, le hace cambios a la iniciativa preferente. Esto es, una vez siendo votada por la cámara revisora, se cumple con el texto constitucional y la iniciativa, por ende, deja de ser preferente.
Pero resulta que si se modifica la minuta en el Senado, por ley debe regresar a la cámara de diputados a que la vuelvan a votar. Para este tercer paso en el proceso legislativo ya no hay ninguna obligación de votarse en un máximo de 30 días. La Constitución no lo establece.
Por consiguiente, el PRI, si le agregan la transparencia sindical que no quiere a la reforma laboral, simplemente la puede archivar y asunto arreglado. No hay reforma laboral.
Y por consiguiente, González Morfín lo único que mostró fue ignorancia. Además, se contradijo, ya que declaró que no ve a nadie con ánimo de meter la reforma laboral a la congeladora.
Si el asunto es de ánimo, entonces sí es posible hacerse. ¡Pero González Morfín acababa de decir que no! Además ¿de dónde saca que no ve ánimo de congelarla su el PRI ya le puso un ultimátum al Senado? Si le agregan la transparencia sindical a la reforma, la congelan.
Como demostramos con el texto constitucional, la reforma laboral sí se puede congelar. Pero ¿y si no se pudiera? ¿Y si el PRI estuviera dispuesto a votar la reforma laboral en la cámara de diputados luego de que la regrese el Senado?
Entonces ocurriría lo siguiente de acuerdo con los procedimientos establecidos en el artículo 72 Constitucional:
1. Los diputados votarán solamente las partes que le modificaron en el Senado.
2a. Si una mayoría absoluta de los diputados aprueba los cambios, va al ejecutivo para su aprobación final o para que le hagan observaciones.
O
2b. Si una mayoría absoluta de los diputados rechaza los cambios, ¡regresa al Senado!
3. Si regresa al Senado, entonces los Senadores deben votar los cambios nuevamente. Si una mayoría absoluta vota a favor de los cambios, va al ejecutivo. Si una mayoría vota en contra de los cambios, la iniciativa se desecha y no podrá tratarse de nuevo hasta el siguiente periodo de sesiones.
Siendo el caso, entonces tenemos este posible escenario:
1. PAN y PRD mayoritean al PRI y le agregan a la reforma laboral la transparencia sindical.
2. Siendo modificada por el Senado, la reforma laboral regresa a la Cámara de Diputados.
3. En el SUPUESTO de que el PRI no la congele, entonces la mayoría absoluta conformada por el PRI, PVEM y PANAL en San Lázaro rechazan los cambios (si los aprueban, Peña Nieto se mete en un lío enorme con Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps, la CTM, el SUTERM, etc).
4. Al rechazar los cambios el PRI, la reforma laboral regresa al Senado, donde la mayoría del PAN y del PRD rechazarían otra vez la modificación que le hizo el PRI -a menos de que el PAN chaquetee y la quiera aprobar sin transparencia sindical- y se acabó. No más reforma laboral por lo menos hasta el próximo periodo de sesiones, que sería hasta el año entrante.
Todo dependerá entonces de que el PAN no quiera chaquetear al último momento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario