No se si lo notaron, pero Elba Esther Gordillo se pudo dar el lujo de zarandear a Enrique Peña Nieto durante la plenaria del SNTE en Quintana Roo.
Y es que Gordillo emplazó "al que anda por Europa" a que presente su propuesta educativa.
Típicamente cuando un político se refiere a otro sin mencionarlo, es por desprecio; para no darle la dignidad de mencionarlo publicamente. Se trata, pues, de una manera de hacerlo menos.
Y Elba Esther Gordillo hizo precisamente eso.
No me molesta, desde luego. Eso se merece Peña Nieto y más por haber llegado al poder de manera fraudulenta. Pero dice mucho sobre la relación entre la líder sindical y el ex candidato presidencial priista.
Hasta en la calificación de la elección presidencial por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se mencionó el plan AGORA, en el que el SNTE participaría en el acarreo de votantes para Peña Nieto. Sin embargo, por sus pistolas, el TEPJF no lo quiso sancionar.
Lo cual, desde luego, indica que sí hubo una denuncia de participación del sindicato de Elba Esther en el fraude de Peña Nieto.
La pregunta es: ¿de qué tamaño fue esa participación y qué es lo que le debe Peña Nieto a Elba Esther para que la mandamás del SNTE, insisto, lo pueda zarandear a su antojo?
Porque ninguno de los medios chayoteros (como el sitio que solía ser pejista y ahora es peñanietista) se atreve a tocar a Peña Nieto. Nos atrevemos los que no tenemos ningún interés con el PRI. O bien, los que no le deben nada, sino más bien les deben a ellos, como parece ser el caso con Gordillo a juzgar por sus declaraciones.
¿Tan grande fue la porquería que hicieron en contubernio la maestra y el del copete entonces?
Que respondan los dos.
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