Si hubo un grupo de inversionistas que le abonaron a la crisis de 2008 esos fueron los alemanes.
Me refiero en particular a los bancos alemanes que compraron bonos de deuda hipotecaria subprime y que, por ese motivo, tuvieron que ser rescatados por el gobierno alemán.
Michael Lewis, autor de dos libros sobre la crisis económica de 2008, señala que a quien Goldman Sachs agarró de su puerquito para venderle bonos subprime, fue al banco IKB, de Düsseldorf, Alemania.
Lewis señala que cuando le preguntaban a los corredores de bolsa de Wall Street quién estaba comprando los bonos basura, la respuesta era "alemanes estúpidos en Düsseldorf."
IKB, dice un ex empleado del banco entrevistado por Lewis, hizo además movimientos altamente riesgosos con una offshore para pedir prestado a corto plazo ¡e invertirlo en bonos subprime!
El ex empleado de IKB señala que los corredores de bolsa del banco alemán "nunca habían sido apapachados por vendedores del Wall Street", los cuales los llevaban al Grand Prix de Mónaco aparentemente para sonsacarlos y lograr que compraran los bonos basura.
La justificación del ex empleado de IKB para el banco fue que otros no se comportan como los alemanes, ya que otros mienten. Y entre la lista de mentirosos pone a los griegos, quienes juraron que tendrían un presupuesto balanceado.
Ahora Alemania tiene que rescatar a grecia, pero no sin antes imponerles medidas draconianas de recorte presupuestal que han derivado en protestas y violencia en Grecia.
Todo esto viene al caso porque leo en El Universal que empresarios alemanes quieren saber cómo hacerle para invertir en Pemex, y le quieren preguntar al ex candidato presidencial panista, Enrique Peña Nieto, cómo hacer eso.
Ya veo entonces lo que va a pasar: el PRI le va a tomar el pelo a los alemanes, quienes van a exigir el pago de ganancias que generen sus inversiones, lo cual se tendrá que pagar con dinero del erari.
Toda inversión privada en Pemex es un gravísimo error y una violación a la soberanía nacional, pero en el caso de Alemania serían los peores inversionistas para Pemex. ¿La razón? Porque podrán pecar de ingénuos al pricipio, pero luego, como en el caso de Grecia, se desquitan imponiendo sus propias medidas de austeridad.
Y eso no le conviene a México ni tantito.
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