Lacan, Wallander, órganos, objeto “a” ¿…?, texto de Alberto Sladogna, psicoanalista,@sladogna
El peinado de un actor, una serie de tarjetas de crédito, los dineros lanzan a la sociedad un signo, una pista a seguir como lo propone la literatura policial a efectos de resolver uno de los enigmas de las lecciones y las contiendas electorales. Henning Mankell (Estocolmo, 1948) vive entre dos mundos, pasa de una lengua a otras lenguas, vive un tiempo en Suecia y otro Mozambique, país donde dirige el teatro nacional de ese país. Escribió numerosas obras de ficción, es conocido en todo el mundo por su serie de novelas policiacas protagonizadas por el inspector Kurt Wallander, considerado por no pocos como el alter ego de Mankell. ¿Y por qué no pensarlo como aquello que alberga en el cotorreo de Mankell a un signo que le presenta algo para alguien: Wallander y la sociedad en la cual él vive con otros?
El nudo de Henning Mankell con Kurt Wallander produjo un filme: Wallander. El hombre que sonríe” (2010) dirigido por Andy Wilson. Este filme es una de las causas de estas líneas respecto de ese objeto libidinal, el objeto parcial, el objeto constituido por los órganos del cuerpo, objeto que parece presentar formas del objeto a, objeto cauda de un deseo. Wallander presenta, despliega los avatares de estos objetos corporales en los trasplantes de órganos, en la donación y en los circuitos de su realización como objeto de una mercancía: el mercado de órganos.
(Para leer texto integro: http://www.escucharte.info/
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