El PRI ya se la sentenció al Senado: si le hacen cambios a la reforma laboral, especificamente si le reincorporan el tema de la transparencia sindical, entonces cuando la regresen a San Lázaro la van a meter a la congeladora.
Es decir, la reforma laboral está a punto de no pasar.
¿Cómo ocurrió esto? De la siguiente manera:
1. El PAN además de querer perjudicar a los trabajadores con la reforma laboral, sino también quitarle poder político a los sindicatos, ya que ninguno es aliado político del PAN, por medio de la transparencia sindical.
2. El PRI, para quedar bien con los sindicatos priistas (CTM, SUTERM, SNTE, petrolero) le quita a la reforma laboral en la Cámara de Diputados el tema de la transparencia sindical.
3. En el Senado, el PAN y el PRD le echan montón al PRI para regresarle a la reforma laboral el tema de la transparencia sindical.
4. El PRI se alarma y advierte desde la Cámara de Diputados que si le regresan la transparencia sindical van a meter la reforma laboral a la congeladora. El que hace la advertencia, por cierto, es Joaquín Gamboa Pascoe, secretario general de la CTM.
5. Pero el PAN no cede. Javier Lozano Alarcón le revira a Gamboa Pascoe que junto con el PRD van a regresarle la transparencia sindical a la reforma laboral. Eso quiere decir que si se vota y se aprueba la transparencia sindical en el Senado, el PRI la va a congelar cuando la regresen nuevamente a San Lázaro.
Para entender este relajo hay que considerar tres cosas:
1. El PAN quiere a fuerzas la transparencia sindical porque es lo único que pueden usar politicamente para justificar la reforma laboral. Sin la transparencia sindical, la reforma laboral no pasa de ser una agresión a los trabajadores y el PAN tendría que pagar el costo político junto con el PRI.
2. El PRI no quiere transparencia sindical porque eso significa perder a sus aliados de los sindicatos charros. Así que por ningún motivo va a permitir una reforma que vulnere a sus aliados.
3. La reforma laboral se envió como iniciativa preferente, lo cual obliga al congreso a votarla en 30 días o se aprueba en automático tal cual. PERO si se vota con modificaciones en el Senado tras ser aprobada en San Lázaro, entones tiene que regresar a la cámara baja a votarse de nuevo y ahí ya no es obligatorio votarse en 30 días, por lo cual se puede congelar, lo cual en los hechos quiere decir que no pasa.
Lo cual quiere decir que el destino de la reforma laboral se reduce a una grilla interna en el congreso entre el PAN y el PRI. Ambos con posturas que no piensan cambiar.
"Bah. El PAN a la mera hora va a arreglarse con el PRI", dirán algunos. No lo descarto, pero si consideramos el costo político de la reforma laboral a unos meses de las elecciones estatales en casi la mitad del país, dudo realmente que el PAN quiera pagar el costo político de no pegarle a los sindicatos.
¿Cómo parar entocnes a la reforma laboral? Exigiendo a los Senadores que le hagan modificaciones. Especificamente, que le regresen a la reforma laboral la transparencia sindical. Eso forzará al PRI a congelarla cuando la regresen a San Lázaro.
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