Llama la atención que Pedro Joaquín Coldwell, dirigente nacional del PRI, haya tenido que dar un discurso en Tamaulipas casi casi rogándole a los priistas que confíen en su partido y en Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con Notimex, Coldwell declaró que "Peña Nieto representa la esperanza de construir un nuevo México, más grande y justo, más pacífico, y ya anuncia desde ahora las reformas que habrá de practicar."
¿Para qué dice eso si el PRI ya compró la elección y legalmente ya no hay nada que impida que Peña Nieto llegue al poder?
¿Está sugiriendo Coldwell que ni los priistas tienen fe en Peña Nieto?
Porque de otra manera no se explica que el presidente del PRI le tenga que decir ¡a los priistas! que Peña Nieto es lo máximo. ¿O sea que ni los priistas se lo creen?
Más patético aún: pidió a los priistas que no dejaran solo al gobernador priista Egidio Torre Cantú, quien llegó al poder sólo porque asesinaron a su hermano, quien era el candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas, antes de las elecciones. Dijo:
"El Gobernador Egidio Torre Cantú en realidad enfrenta a terribles enemigos y no hay que dejarlo solo, es un hombre derecho y franco que no se anda por rodeos."
¿Se dio cuenta Coldwell de la enorme idiotez que dijo? ¿Cómo que "no hay que dejarlo solo" si en menos de dos meses va a tomar protesta Peña Nieto?
¿O sea que con Peña Nieto todo va a seguir igual de mal en Tamaulipas?
Que quede de lección para los tamaulipecos. Ni deben volver a votar por el PRI en elecciones estatales, ni a nivel federal. Porque al parecer, Egidio Torre Cantú es tan débil que lo tiene que andar defendiendo Pedro Joaquín Coldwell. Y Peña Nieto es tan débil que Coldwell también tiene que andar convenciendo a los priistas de que es un gran estadista cuando no pasa de ser un producto chatarra.
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