Manuel Espino y René Arce, ambos aliados de Enrique Peña Nieto, anunciaron ayer la creación de su nuevo Partido de la Concertación Mexicana. No debería ser sorpresa. Tanto Arce como Espino estuvieron buscando hacer su propio partido político. Arce y su hermano Víctor Hugo Círigo intentaron hacer uno en el DF en 2009 y Espino ha estado intentando hacer uno a nivel nacional desde hace unos meses.
¿Quiénes están en ese nuevo partido? Para empezar puros enemigos de Andrés Manuel López Obrador y aliados de Peña Nieto: Manuel Espino, René Arce y Víctor Hugo Círigo (ambos dolidos porque el lopezobradorismo les quitó Iztapalapa en 2008), Ramón Sosamontes (expulsado del PRD por se comparsa de Calos Ahumada), y Jorge Díaz Cuervo y Tere Vale, ambos del fracasado y extinto Partido Social Demócrata -antes Alternativa- y aliados de Peña Nieto (ambos se sumaron a la campaña de Peña Nieto a principios de junio).
Es decir, todos los integrantes fundadores del partido de Espino además de ser aliados de Peña Nieto y enemigos de AMLO, tienen en común ser personas de dudosa calidad moral.
¿Quién va a votar por ese partido? Muy pocos. Los Círigo no tienen suficientes votos ni para retener Iztapalapa, ni se van a llevar votos perredistas ahora que AMLO se salío del PRD; el PSD no tiene votos ni para conservar el registro como partido -y menos si ahora son aliados del Yunque con Espino; Rosario Robles tampoco tiene votos; y Manuel Espino tendría el voto de algunos panistas, pero no los suficientes para conservar el registro. Simplemente no les alcanza.
¿Cómo se va a conservar como partido entonces? Pues igual que el PVEM: convirtiéndose en apéndice del PRI; teniendo los mismos candidatos que el PRI.
Pero además al ser un partido de puros aliados de Peña Nieto, ¿cómo van a lograr convencer a la gente de que no son lo mismo que el PRI? ¿Para que votar por un partido de la misma gente que se hizo aliada de Peña Nieto y que sigue siendo aliada de Peña Nieto?
Realmente serán lamentables los que caigan en esa tomada de pelo. Afortunadamente, serán muy pocos.
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