El asesinato de Solorio es la segunda ejecución de un activista en México que se oponen a proyectos de trasnacionales en el país en menos de un mes.
Solorio, de acuerdo con activistas de Chihuahua, se oponía a un proyecto minero de una empresa canadiense.
El primero de octubre pasado se dio a conocer que el activista Chiapaneco Émerson García fue asesinado en una emboscada. García se oponía a un proyecto eólico que presuntamente beneficiaría a Bimbo.
Manifestantes de MORENA, El Barzón y #YoSoy132 protestaron en el palacio de gobierno de Chihuahua, pero fueron agredidos por la policía del gobernador priista César Duarte, manteniéndolos secuestrados en el lugar.
De esta forma, el gobierno federal panista termina el sexenio con dos muertes de activistas que no tenían relación con el narco, sino con oposición a proyectos que beneficiarían a grandes empresas y trasnacionales, al estilo de las respúblicas bananeras.
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