En contra de lo que quería el PRI, el Senado aprobó la transparencia sindical en la reforma laboral.
El PRI amenazó con congelar la reforma laboral al regresarse a San Lázaro si le agregaban la transparencia sindical, ya que affectaría a los intereses de los caciques sindicales del PRI.
Y en efecto, 4 de los artículos de transparencia sindical en la minuta fueron rechazados por el PRI. Pero se aprobaron porque hubo más votos de izquierda y del PAN.
¿Qué sigue entonces?
Para empezar, la reforma laboral se regresa a la Cámara de diputados pero ya no tiene límite de 30 días para votarse ni se podrá aprobar en automático si no se vota en 30 días.
En segundo, si el PRI cumple con su amenaza de congelarla, hasta ahí llegó la reforma y no habrá outsourcing, pago por hora, ni reducción de sueldos caídos, ni facilidad de despido.
Si el PRI decide no congelarla entonces pueden pasar dos cosas:
1. Rechazar los cambios de transparencia sindical y regresar la reforma al Senado. Si eso pasa, se vota de nuevo en el Senado, y si se rechazan los cambios, la reforma laboral se elimina por completo.
2. No rechazar los cambios y votarla tal cual. Si eso pasa, el PRI vulneraría los privilegios de los caciques sindicales del PRI (Romero Deschamps, Gordillo, etc) lo cual sería un tiro en el pie para el PRI.
Honestamente dudo que ocurra la opción 2. Más bien creo que lo más probable es que se congele la reforma laboral.
Si es así, se derrotó la reforma laboral por ahora.
Si no es así, estaré realmente sorprendido de que el PRI se meta con los caciques sindicales luego de que en plena campaña Enrique Peña Nieto defendió que la hija de Carlos Romero Deschamps ande presumiendo opulencia en Facebook.
Peri de sí ser así, la izquierda tendrá que replantear sus estrategias para impedir reformas abusivas, ya que lo que tuvo que ocurrir para parar a la reforma laboral fue simplemente dividir al PAN y al PRI.
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