Una niña con su muñeca en un vecindario pobre de Antananarivo, la capital. Madagascar, un país aislado y acosado por los desastres naturales y por una grave y prolongada crisis política, es una de las naciones más pobres del mundo. Recuperada de: http://www.unicef.org/spanish/hac2012/hac_madagascar.php
Naciones Unidas declaro oficialmente el 11 de octubre de 2011 el Día Internacional de la Niña. Tal como se lo cuestionó Concha López directora de PLAN España - ONG que trabaja para combatir la pobreza infantil e impulsora del día internacional de la niña - Con un calendario plagado de Días Mundiales y Días Internacionales parece legítimo preguntarnos si es realmente necesario este día. ¿No existe ya un Día Internacional del Niño? ¿No se defiende a la mujer cada 8 de marzo?
Concha relata que hace seis años, en un carretera de una pequeña comunidad en Nepal, el coche en el que viajaba el personal de PLAN y periodistas que visitaban los proyectos de esta ONG se encontraron que en el camino venía caminando una niña de no mas de cinco años. Caminaba cotidianamente despacio e iba a buscar agua. Los periodistas se bajaron y le preguntaron la razón por la que no estaba en la escuela y la pequeña contesto sin dudarlo: “Por que soy una niña”. Esta frase como muy pocas nos enfrenta a la aplastante realidad que arrasa con 62 millones de niñas no van a la escuela porque, entre diversas problemáticas, se ven desplazadas a un segundo plano por las personas adultas que les tutelan y que prefieren dar educación a los hermanos varones. Pues a las niñas se les estigmatiza el futuro predisponiendo que están para casarse y tener hijos y/o hijas.
Escuchamos está historia desde nuestro México y seguro hay una mayoría que piensa o dice "Que triste, pobrecitas niñas" ¿Y luego? Nos enteramos que en nuestro país en estados como Guerrero y Oaxaca se venden, cambian y casan a las niñas sin siquiera darles una oportunidad de educación para gestionar su futuro y la gran mayoría vuelve a decir " Que triste, pinches papás malos, pinche gobierno" ¿Y luego? Llegamos a nuestro hogar con nuestra familia en la modalidad que la tengamos y nos encontramos con nuestra pequeña hija, hermana, sobrina, prima o amiga que nos arrebata una sonrisa después de un estresado día, y te dice "Ya no quiero ir a la escuela, me molestan y no me gusta" o " no puedo estar en el equipo de Fut, porque dicen que sólo es para niños". Este día, tu cotidiana sonrisa no aparece ante la tristeza de una de las personas que más amas.
Parecen casos radicalmente lejanos, entre una niña de otro continente que muere de hambre, que es victima de ablación o trata, de la niña a la que se le niega el estudio y el caso de esa pequeña sentada a tu lado que te mira como si tu tuvieras una solución guardada en el Ipad, realmente no tienes la solución total a este problema estructural que ejerce diversas modalidades de violencias sobre los seres humanos ensañándose con las mujeres menores, pero si eres parte de la solución a cada momento. En cada uno y una de nosotras esta el fomentar una cultura de paz y de solidaridad colectiva que piense más allá del momento y de lo individual, si bien somos gratamente diferentes hombres y mujeres biológicamente, debemos cambiarnos el chip psicosocial para estar consientes de que hombres y mujeres debemos tener equidad de oportunidades a lo largo de toda nuestra vida y así a una misma voz exhortar a nuestra sociedad y a nuestras autoridades legítimas y legales a actuar en consecuencia.
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