El ex candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto tuvo que cancelar la reunión de presidentes centroamericanos que había convocado recientemente debido a que lo desairaron.
Sólo 3 de los 7 presidentes centroamericanos aceptaron. Dos de ellos explicitamente dijeron que no irían: Daniel Ortega, de Nicaragua, y Mauricio Funes, de El Salvador.
Funes, además, le dijo que si pretendía hacer una reunión de esa naturaleza, tendría que convocarla Ortega por medio de las instancias centroamericanas.
En otras palabras "ni eres líder, ni te vamos a legitimar. Búscate otros."
Todavía no toma protesta, y Peña Nieto ya demostró no sólo que es un fracasado, sino que su pantomima de pretender aparecer como líder no funciona. La telenovela no funcionó en México -por eso el PRI hizo fraude- y menos va a funcionar en otros países.
Y así como Funes y Ortega desairaron a Peña Nieto, así lo deben hacer también los gobernadores del PRD. O mínimo, enviar a representantes en vez de ir en persona. Porque, la verdad, Peña Nieto no amerita una reunión que para lo único que sirve es para tomarse la foto.
¿A quién le conviene más esa foto? ¿A Peña Nieto que quiere legitimidad, o a los gobernadores perredistas que ya la tienen?
Simples matemáticas.
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