Vicente Fox no le ofreció al EZLN una reforma política a contentillo, sino una reforma indígena que exluyó los dos puntos claves de los acuerdos de San Andrés: la autonomía de las comunidades indígenas por medio de usos y costumbres, y el derecho a que los indígenas fueran quienes manejaran los recursos naturales de sus comunidades. Es decir, la reforma que ofreció Fox no respondía a las necesidades de soberanía política ni económica de los pueblos indígenas. Eso no es "contentillo", sino un ENGAÑO que el PRI y el PAN aprobaron, pero el EZLN rechazó.
Felipe Calderón no le ofreció a la izquierda una reforma política, sino una reforma electoral maltrecha que le daba la ventaja a quien más dinero pudiera gastar ante la reducción de los tiempos de campaña -que fué exactamente lo que pasó con el PRI en 2012. Eso tampoco es "contentillo", sino otro ENGAÑO que el PRI y el PAN también aprobaron, pero el lopezobradorismo rechazó.
Las reformas económicas que pretende el monero de la derecha son las mismas que ya se han estado implantando desde los 80s, y las cuales han tenido como único resultado la destrucción de la clase media y el aumento de la pobreza.
En efecto, nada remedia el descontento como una economía próspera, pero las reformas salinistas que quiere el monero de la derecha son precisamente lo que han impedido una economía próspera y propiciado el descontento.
Lo cual está más que comprobado con el exilio de Salinas, la derrota del PRI, el fraude de Felipe Calderón, el tercer lugar del PAN, y el fraude de Enrique Peña Nieto.
Lo que llama la atención ya no es tanto la desinformación que propaga el monero de la derecha, sino que sus lectores, que se supone que tienen más poder adquisitivo, sean tan ignorantes como para creerle.
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