A partir del domingo 9 de setiembre dicen que circula una convocatoria a una "resistencia civil". Esa resistencia tiene contornos imprecisos, a ciencia cierta no se sabe de qué se trata, salvo organizar un elemento más de la partidocracia, la conversión de Morena en un partido político. Ahora que la culpa de todos la tienen los llamados "Chuchos" terminamos haciendo algo semejante: fundaremos un partido más.
Quizás frente a la imposición de la dictadura de los medios, en particular Telerisa, conviene estudiar y ver como otros afectados por la "modernidad del capitalismo", cómo otros generan de forma creativa estilos de intentar hacerles frente y detener algunas de sus consecuencias. Es interesante observar que esos movimientos no hacen declaraciones torpes, como por ejemplo decir que su "movimiento es pacífico".
Se sabe que esa declaración, que Amlo reitera demasiado, solo termina siendo un boomerang: se vuelve contra quien aclara algo que nadie le solicitó, a declaración no pedida, dice el orden jurídico, se está frente a una confesión que no requiere ya de pruebas. He aquí una crónica de Elena Llorente
Con remeras que decían “Dispuestos a todo”, los
manifestantes de la fábrica Alcoa protestaron ayer en Roma contra del
cierre de su planta en Cerdeña. Los datos no acompañan: el PIB disminuyó
más de lo esperado.Por Elena Llorente
Desde Roma
Los obreros lo saben ya, porque lo han vivido en sus propias familias, en su bolsillo, en su piel. Pero el Istat (Instituto de Estadísticas de Italia) lo dio a conocer oficialmente ayer. El Producto Interno Bruto de Italia (PIB) ha disminuido en el segundo trimestre de este año, más de lo que se esperaba, es decir un 2,6 por ciento respecto del mismo período del año precedente, ubicándose este dato como el peor desde fines de 2009.
Y disminución del PIB significa, como se sabe, que las fábricas producen menos o directamente no producen lo suficiente –porque no tienen demanda suficiente– como para sobrevivir y cierran sus puertas. Es lo que está pasando en la isla de Cerdeña, donde los obreros de las minas de carbón Carbosulcis y de la fábrica de aluminio Alcoa están protestando desde hace semanas, llegando incluso a acciones extremas, como encerrarse en un túnel de la mina a 300 metros de profundidad o subirse a un silo de 70 metros y decir que están dispuestos a todo para defender la propia fuente de trabajo.
Ayer fue el turno, pero en Roma, de Alcoa, única fábrica de aluminio de Italia, localizada en el sur de Cerdeña. Por centenares viajaron toda la noche en naves de pasajeros desde la isla, para desembarcar en la mañana en el puerto de Civitavecchia, a unos 80 km de Roma, y luego tomar un bus hasta el centro de la capital italiana, específicamente frente al Ministerio del Desarrollo Económico donde, por la tarde, una reunión de sindicalistas, alcaldes de Cerdeña y exponentes del ministerio podría haber encontrado alguna solución.
Se trató de una manifestación “larga duración”, como algunos la llamaron, porque empezó a las nueve de la mañana y terminó a las 20. Y dado que un obrero se quedó en calzoncillos frente al ministerio, para mostrarle al gobierno en qué condiciones habían quedado, otros hablaron de una manifestación estilo Full Monty, recordando el conocido film inglés donde algunos obreros del acero desocupados montan un espectáculo de strip-tease para ganarse unos pesos.
Todos con cascos en los que se podían leer no pocos insultos en italiano y en inglés, con banderas italianas y sardas enroscadas en el cuerpo, con remeras que decían “Dispuestos a todo”, los manifestantes golpeaban sus cascos contra el suelo al compás de algunos tambores y entonando a veces cantos sardos. “Mamma, mamma, ¿sabes por qué estoy aquí? Porque no quiero el seguro de desempleo”, cantaban. Representantes de las centrales sindicales y del Partido Democrático estuvieron presentes, aunque algunos de los obreros se lanzaron furiosos contra los democráticos acusándolos de ser culpables también ellos de la situación de Alcoa, en alusión a los momentos en que ese partido tuvo a su cargo el gobierno en los últimos decenios.
La policía, con cascos y palos, había rodeado las calles vecinas y el edificio, localizado en plena Via Veneto, una de las más centrales y famosas de Roma, e interrumpido el tránsito. No faltaron gritos, agresiones, empujones, insultos a las fuerzas de seguridad y tampoco palos contra los manifestantes. Estos, por su parte, tiraban petardos y pedazos de aluminio contra la policía y el ministerio. Resultado: al menos tres manifestantes y diez policías resultaron heridos.
“Nunca pensé que fuera imposible encontrar una solución para este caso”, dicen los sindicalistas que dijo el ministro de
Desarrollo Económico, Corrado Passera, durante la reunión. “Me comprometo a encontrar una solución, pero tenemos que trabajar todos juntos y junto a la Carbosulcis. Haremos presión sobre los dos grupos internacionales que han manifestado interés en estas fábricas”, habría añadido el ministro.
“El drama Alcoa, que están viviendo desde hace tanto tiempo cientos de trabajadores y sus familias, es producto de la incapacidad de los políticos de centroderecha en estos últimos años y también del gobierno actual para poner en práctica políticas de desarrollo y en beneficio de los trabajadores”, comentó por su parte el presidente de Izquierda Ecologista y Libertad y presidente de la región Puglia, Nicchi Vendola.
Ayer fue Carbosulcis y la acería Ilva de Taranto (sur de Italia), hoy Alcoa. Todo hace prever que la situación no cambiará rápidamente. Aparte del descenso furioso del PIB que en el segundo trimestre de este año aumentó, en cambio, en Estados Unidos (0,4 por ciento), Alemania y Japón (0,3 por ciento), fue estacionario en Francia y disminuyó sólo el 0,5 por ciento en Gran Bretaña, el gasto de la familia italiana, dijo el Istat, disminuyó considerablemente. Entre abril y junio, en efecto, el consumo familiar descendió en promedio 3,4 por ciento, principalmente debido a la restricción del gasto en productos durables.
Pero se redujeron también las importaciones de bienes y servicios –aunque aumentaron levemente las exportaciones– y las inversiones en maquinarias y otros productos. En el segundo trimestre todos los grandes rubros de la actividad económica han sufrido una disminución, tanto de la industria como de la agricultura y la construcción, un porcentaje que oscila entre 1,9 por ciento en la agricultura y 0,5 por ciento en los servicios. Con estos datos, dicen los expertos, Italia se coloca detrás de las grandes economías del planeta, incluso de Europa.
Los obreros lo saben ya, porque lo han vivido en sus propias familias, en su bolsillo, en su piel. Pero el Istat (Instituto de Estadísticas de Italia) lo dio a conocer oficialmente ayer. El Producto Interno Bruto de Italia (PIB) ha disminuido en el segundo trimestre de este año, más de lo que se esperaba, es decir un 2,6 por ciento respecto del mismo período del año precedente, ubicándose este dato como el peor desde fines de 2009.
Y disminución del PIB significa, como se sabe, que las fábricas producen menos o directamente no producen lo suficiente –porque no tienen demanda suficiente– como para sobrevivir y cierran sus puertas. Es lo que está pasando en la isla de Cerdeña, donde los obreros de las minas de carbón Carbosulcis y de la fábrica de aluminio Alcoa están protestando desde hace semanas, llegando incluso a acciones extremas, como encerrarse en un túnel de la mina a 300 metros de profundidad o subirse a un silo de 70 metros y decir que están dispuestos a todo para defender la propia fuente de trabajo.
Ayer fue el turno, pero en Roma, de Alcoa, única fábrica de aluminio de Italia, localizada en el sur de Cerdeña. Por centenares viajaron toda la noche en naves de pasajeros desde la isla, para desembarcar en la mañana en el puerto de Civitavecchia, a unos 80 km de Roma, y luego tomar un bus hasta el centro de la capital italiana, específicamente frente al Ministerio del Desarrollo Económico donde, por la tarde, una reunión de sindicalistas, alcaldes de Cerdeña y exponentes del ministerio podría haber encontrado alguna solución.
Se trató de una manifestación “larga duración”, como algunos la llamaron, porque empezó a las nueve de la mañana y terminó a las 20. Y dado que un obrero se quedó en calzoncillos frente al ministerio, para mostrarle al gobierno en qué condiciones habían quedado, otros hablaron de una manifestación estilo Full Monty, recordando el conocido film inglés donde algunos obreros del acero desocupados montan un espectáculo de strip-tease para ganarse unos pesos.
Todos con cascos en los que se podían leer no pocos insultos en italiano y en inglés, con banderas italianas y sardas enroscadas en el cuerpo, con remeras que decían “Dispuestos a todo”, los manifestantes golpeaban sus cascos contra el suelo al compás de algunos tambores y entonando a veces cantos sardos. “Mamma, mamma, ¿sabes por qué estoy aquí? Porque no quiero el seguro de desempleo”, cantaban. Representantes de las centrales sindicales y del Partido Democrático estuvieron presentes, aunque algunos de los obreros se lanzaron furiosos contra los democráticos acusándolos de ser culpables también ellos de la situación de Alcoa, en alusión a los momentos en que ese partido tuvo a su cargo el gobierno en los últimos decenios.
La policía, con cascos y palos, había rodeado las calles vecinas y el edificio, localizado en plena Via Veneto, una de las más centrales y famosas de Roma, e interrumpido el tránsito. No faltaron gritos, agresiones, empujones, insultos a las fuerzas de seguridad y tampoco palos contra los manifestantes. Estos, por su parte, tiraban petardos y pedazos de aluminio contra la policía y el ministerio. Resultado: al menos tres manifestantes y diez policías resultaron heridos.
“Nunca pensé que fuera imposible encontrar una solución para este caso”, dicen los sindicalistas que dijo el ministro de
Desarrollo Económico, Corrado Passera, durante la reunión. “Me comprometo a encontrar una solución, pero tenemos que trabajar todos juntos y junto a la Carbosulcis. Haremos presión sobre los dos grupos internacionales que han manifestado interés en estas fábricas”, habría añadido el ministro.
“El drama Alcoa, que están viviendo desde hace tanto tiempo cientos de trabajadores y sus familias, es producto de la incapacidad de los políticos de centroderecha en estos últimos años y también del gobierno actual para poner en práctica políticas de desarrollo y en beneficio de los trabajadores”, comentó por su parte el presidente de Izquierda Ecologista y Libertad y presidente de la región Puglia, Nicchi Vendola.
Ayer fue Carbosulcis y la acería Ilva de Taranto (sur de Italia), hoy Alcoa. Todo hace prever que la situación no cambiará rápidamente. Aparte del descenso furioso del PIB que en el segundo trimestre de este año aumentó, en cambio, en Estados Unidos (0,4 por ciento), Alemania y Japón (0,3 por ciento), fue estacionario en Francia y disminuyó sólo el 0,5 por ciento en Gran Bretaña, el gasto de la familia italiana, dijo el Istat, disminuyó considerablemente. Entre abril y junio, en efecto, el consumo familiar descendió en promedio 3,4 por ciento, principalmente debido a la restricción del gasto en productos durables.
Pero se redujeron también las importaciones de bienes y servicios –aunque aumentaron levemente las exportaciones– y las inversiones en maquinarias y otros productos. En el segundo trimestre todos los grandes rubros de la actividad económica han sufrido una disminución, tanto de la industria como de la agricultura y la construcción, un porcentaje que oscila entre 1,9 por ciento en la agricultura y 0,5 por ciento en los servicios. Con estos datos, dicen los expertos, Italia se coloca detrás de las grandes economías del planeta, incluso de Europa.
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