Dijo ayer el ex candidato presidencial panista, Felipe Calderon, que ya llegó al fin de su carrera política por que ya llegó al cargo más alto y no hay reelección.
Dos cosas:
1. No es el fin de su carrera política por haber usurpado la presidencia, sino inepto. Nadie en sus cabales le ofrecería un cargo público luego de que hundió al país en la violenicia y el desempleo y, de pilón, hundió a su partido en el tercer lugar en las elecciones pasadas por su pésima administración.
2. Sólo un presidente mexicano ha sido lo suficientemente patriota y eficaz como para que, luego de su sexenio, volviera a formar parte de un gabienete federal: El General Lázaro Cárdenas del Río.
Lázaro Cárdenas fue secretario de la defensa nacional de 1942 a 1945, durante el sexenio de su sucesor, Manuel Ávila Camacho, para estar al frente de la SEDENA durante la Segunda Guerra Mundial.
Todos los presidentes que le siguieron más o menos se mantuvieron alejados de cargos públicos, salvo por los que aceptaban irse de embajadores, que no era otra cosa más que una manera de mantenerlos alejados del gobierno pero con cargo a erario.
En el caso de Calderón, a Josefina Vázquez Mota se le ocurrió la puntada de decir que lo invitaría a ser titular de la PGR. Como dijimos, Vázquez Mota quedó en tercer lugar en la elecciones. Precisamente por decir tonterías como esa.
Que Calderón no le achaque entonces el fin de su carrera política a que no hay reelección. Su carrera política estaba acabada desde el momento en el que hizo fraude, en 2006, para usurpar la presidencia.
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