Andrés Manuel López Obrador anunció ayer por medio de su cuenta de Twitter (@lopezobrador_) que no se va a retirar. Dijo:
"Atento aviso: Me voy a retirar cuando la patria sea de todos, no de 30 potentados. Cuando hagamos realidad el bello ideal de la justicia."
El mensaje parece responder al PRI, que ha estado insistiendo en que AMLO ya llegó al final de su carrera política, a la cual, inclusive, le ha llamado "agonizante."
Pero no: AMLO no se rerita. Y no lo hace porque sabe que como líder político puede motivar a las bases de izquierda para que sigan haciendo oposición a las políticas neoliberales y abusivas del PRIAN.
Es la verdad. El PRD ha tenido sus mayores votaciones históricas con Andrés Manuel López Obrador de candidato o de dirigente del partido. En 2012 AMLO tuvo más votos que en 2006. Su peso político es indiscutible.
Por eso precisamente quiere el PRI que AMLO se retire. Porque sabe que le gente le haría más caso a él para oponerse a la reforma laboral, por ejemplo, que a Silvano Auroles, que a Ricardo Monreal, o que a la gran mayoría de los políticos de izquierda.
Quien más se acerca al poder de convocatoria de AMLO, anque guardando las debidas distancias, es Gerardo Fernández Noroña, y él tampoco se va a retirar.
Dice la derecha: "Es que AMLO perjudica a Marcelo Ebrard; es que Ebrard es el bueno para 2018." Respondo a eso:
1. Para empezar AMLO nisiquiera ha dicho si será candidato en 2018 nuevamente. Igual podría mantenerse como líder social y simplemente ayudarle a quien aspire a la candidatura de izquierda a la presidencia en 2018 a derrotar al PRI.
2. Por otro lado -y esto es crítica constructiva- Marcelo Ebrard si bien es uno de los mejores cuadros que tiene la izquierda en México, no ha quedado claro que tenga él el mismo nivel de convocatoria que AMLO entre las masas. Durante los siguientes 6 años, Marcelo Ebrard tendrá que desarrollar ese poder de convocatoria para poder consolidar una candidatura a 2018. A Ebrard le iría bien con la clase media, hasta conlos panistas. Pero abajo, con las masas, aún tiene que trabajar para consolidarse. Ahí es donde funcionaría bien el liderago de AMLO. Mientras Ebrard consolida su convocatoria entre el electorado de abajo, AMLO puede ayudarle a acelerar esa consolidación.
Y eso es exactamente a lo que el PRIAN le tiene miedo: al poder de convocatoria y de convencimiento de AMLO entre los ciudadanos que votan por la izquierda. Y que sonmuchos.
Porque sea quien sea el candidato en 2018, con el liderazgo de AMLO la izquierda lo aceptaría sin problemas y tendría más fuerza que empezando de cero.
Así que no empecemos a adelantarnos a 2018 todavía. Ni AMLO ha decidido ser candidato en 2018, ni puede darle la izquierda el lujo de no tener su respaldo.
Es por eso que el PRIAN insiste tanto en que ya desaparezca de la vida política en México.
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