Agustín Carstens dejó claro para qué es la reforma laboral enviada por Felipe Calderón al congreso: para que las empresas tengan más "flexibilidad" para despedir trabajadores.
Que porque, dice, sale muy caro despedir a un trabajador y que eso frena la productividad de las empresas. Que porque el dinero que se gasta en despedir a un empleado frena la productividad.
Mintió. México es el país con mayor productividad de la OCDE. Apenas el 14 de julio pasado la OCDE reveló que en México se trabaja más de 21% más horas que en el resto de los paises de la OCDE.
Pero, por contraste, México es el país de la OCDE donde menos se paga, con un promedio de 0.44 dólares por hora de sueldo.
No sólo eso: México fue el país donde más horas se trabaja con el sueldo más bajo en la OCDE por dos años consecutivos.
Que no mientan entonces Agustín Carstens, los panistas y los priistas. El problema de México no es la productividad. México ya es el país más productivo y el más explotado de la OCDE. Lo que realmente se busca con la reforma laboral es dejar indefensos a los trabajadores para que no generen antiguedad ni les tengan que pagar prestaciones de ley.
Eso no es un asunto de productividad, sino de explotación.
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