Tijuana - Los recuentos distritales de la elección del primero de julio estuvieron plagados de errores e inconsistencias, ya que en el 54% de las casillas que se fueron a recuento, el número total de reconteo no coincide con las boletas entregadas a cada casilla al inicio de la jornada electoral.
Lo anterior fue dado a conocer por el maestro en demografía del Colegio de la Frontera Norte, Luis Enrique Sánchez Peña, y publicado en el semanario Zeta de Tijuana.
Sánchez llegó a esta conclusión al revisar la base de datos de los conteos del IFE, e indica que sólo con esas casillas con inconsistencias en recuento se llega a más del 25% del total de casillas y representa más de 44 mil boletas sobrantes o desaparecidas, ya que en cada casilla, en promedio, hay 11 boletas de más o de menos.
Esto significaría que en realidad hay suficientes casillas con inconsistencias para anular la elección presidencial.
“Si las casillas no recontadas tienen el mismo nivel de error podríamos suponer que no es el 25 por ciento de las casillas mal contadas sino el 52 por ciento, es decir 855 mil 514 boletas que están demás o de menos”, agrega Sánchez.
Señala también que “en muchas casillas se usaron más boletas de los representantes de los partidos políticos que la cantidad de representantes que tenían. A los representantes de los partidos políticos les correspondían más de 2 millones de boletas”.
Encontró además actas electorales con diferencias e irregularidades, pero que por “alguna razón desconocida no fueron recontadas”.
También encontró casillas con hasta mil 700 votos contados a pesar de que cada casilla no puede tener más de 764 boletas.
El Estado de México fue la entidad que tuvo más casos así.
Por si fuera poco, hubo casillas, como la 12 básica del distrito 7 de Baja California, donde invirtieron la cantidad de votos al capturar los datos del conteo: Los 73 votos del PAN se los dieron al PRI y los 110 votos del PRI se los dieron al PAN; a López Obrador le dieron el único voto que recibió el PVEM y al PRI le dieron 70 votos que eran para el PRD. Aún así, no se recontó esa casilla.
También hubo casillas que reportaron 100% de participación ciudana, pero al recontarse resultó que sí había boletas sobrantes.
Y no sólo eso: Sánchez descubrió que hay casillas con un alto número de votación a favor de Enrique Peña Nieto y nulo para Andrés Manuel López Obrador o Josefina Vázquez Mota. En esas casillas sólo hubo representantes del PRI.
Esas casillas zapato representan 191 mil votos a favor del PRI. Los estados donde más ocurrió fueron Guerrero, Oaxaca, Sinaloa, Veracruz, Jalisco, Coahuila y Chiapas.
Sánchez señala que en efecto hubo un millón de mexicanos vigilando las casillas, pero que lo hicieron mal, ya que “todos los casos que he documentado no tienen explicación lógica, es un IFE que organizó, capacitó, contó y recontó mal”.
Documenta además casillas en Baja California, como la 207-C1 y la 54-B, que bajo la protección del IFE se embarazaron y se robaron boletas. Peor aún, no se sabe cuántas casillas tuvieron la misma situación.
“Así que de nada sirve pedir recuento de votos de casillas que previamente fueron rellenadas o les robaron boletas para tener el resultado deseado”, sentencia.
El investigador declaró que muchos de los errores que encontró no deberían ocurrir, como mala captura de información, robo de boletas, embarazo de urnas, casillas con más votos que electores, mala capacitación de funcionarios de casilla, información incompleta o mala información del IFE, entre otros. Es decir, errores que el IFE debió haber impedido.
Para Sánchez, lo peor es que mucha gente cree que las elecciones fueron limpias.
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