El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, anunció ayer que eligió al diputado Paul Ryan como su nominado para la vicepresidencia de Estados Unidos.
Paul Ryan, uno de los extremistas de derecha del Tea Party, fue electo diputado en 2008 y lo pusieron en la comisión de presupuesto de la cámara baja del congreso estadounidense, desde donde impulsó un presupuesto que ha sido aplaudido por los republicanos pero ha sido denunciado por los expertos.
El plan de Ryan consiste en bajarle los impuestos a los ricos de 35% a 25%, y subirle los impuestos a la gente sin ingreso suficiente para pagar impuestos a 10%. Implica también privatizar el Medicare (el sistema de salud del estado para pensionados) por medio de un sistema de vouchers, y recortar programas sociales.
Los republicanos en la cámara baja aprobaron el presupuesto de Ryan en marzo pasado a sabiendas de que iba a ser rechazado en el Senado, el cual aún es controlado por los republicanos. Lo que buscaban era simplemente hacer ruido en los medios.
En lo que no se pusieron a pensar ni Ryan ni los republicanos fue en el hecho de que el presupuesto de Ryan es descalificado por el premio Nobel de economía Paul Krugman, quien lo tacha de ser un fraude. Dijo Krugman en junio pasado:
"El plan (de Ryan) es un fraude. El plan es un montón de recortes de impuestos, algunos recortes presupuestarios específicos, basicamente para la gente pobre, y después un enorme asterisco que se supone que debe convertirse en un plan de reducción del déficit. Pero, en los hechos, si ves lo que realmente hay en él, es un plan que incrementa el déficit."
Ah, es que Ryan y los republicanos han pretendido vender ese presupuesto como si fuera la solución para reducir el enorme déficit que tiene Estados Unidos.
Bueno, pues desde hace unos meses Mitt Romney dijo que estaba de acuerdo con el plan de Ryan. Lo dijo para tratar de convencer a los electores conservadores que él sí es conservador y de esa manera ganar las primarias para la nominación a la candidatura presidencial.
Ahora pasa lo mismo con la nominación de Ryan a vicepresidente. Desde hace algunos días los republicanos le han insistido a Romney que acepte a Ryan de vicepresidente porque de esa manera podrá demostrar que sí es conservador (Romney era demócrata hace varios años y su plan de salud en Massachusetts era idéntico al de Obama).
Es decir, se trata de un intento desesperado por conseguir votos. No del electorado en general, ¡sino del electorado republicano!
Así de mal anda la campaña de Romney.
En buena parte es algo similar a lo que pasó con Sarah Palin y John McCain. McCain, desesperado por votos, postula a una mujer a vicepresidente sin darse cuenta de que al abrir la boca, Sarah Palin dejaría claro que se trata de una mujer sumamente ignorante, improvisada e incapaz.
Y lo mismo va a pasar con Ryan, a quien Barack Obama ya se dio el lujo de atacar a Ryan, en abril pasado, por su plan presupuestario llamándolo "radical", "darwinismo social" y diciendo con todas sus letras que no va a permitir que Medicare se convierta en un programa de vouchers.
De hecho, pareciera que Obama estaba esperando que Ryan fuera el nominado de Romney para la vicepresidencia, ya que unas horas después de anunciar la nominación, la campaña de Obama lanzó un spot atacando a Ryan:
http://youtu.be/oWyk-Mr6cfc
Y de aquí es cuesta abajo para Romney.
PD: Escribí esta columna ayer en la mañana antes de que Romney hiciera el anuncio oficial de que Ryan sería su vicepresidente. A la hora de hacerlo, Romney cometió una pifia: se refirió a Ryan como "el próximo presidente de Estados Unidos". Se los dije: de ahí es cuesta abajo para Romney.
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