Al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le tomó un día determinar la sentencia sobre la impugnación presentada por Movimiento Progresista. Ayer mismo, de acuerdo con Reforma, el TEPJF ya tenía lista la sentencia y, dice, la podría hacer pública esta semana.
Esto a pesar de todas las evidencias que hay respecto a las empresas fantasma que usó el PRI para las tarjetas de Monex; todos los testimonios notariados y videos del uso de tarjetas de Soriana para comprar votos a favor de Enrique Peña Nieto.
Y a pesar también del hecho de que el gobierno federal panista no ha entregado la información financiera del PRI, por lo cual la sentencia estaría basada en información incompleta, violando el principio de certeza que debería regir en la elección presidencial.
Ah, y encima el TEPJF rechazó aplazar la calificación de la elección presidencial, como solicitaron los partidos de izquierda, alegando que el plazo que pone la ley es suficiente.
Se trata, pues, de una sentencia fast-track que a todas luces ofendería a la inteligencia de los mexicanos si fuera en el sentido de validar la elección pese a lo evidente que fue el fraude de Enrique Peña Nieto.
¿Por qué tan rápido?
Una de dos; o encontraron el fraude del PRI tan evidente que les tomó apenas un día llegar a una sentencia, o se pasaron las leyes por abajo y les tomó un día encontrar un PRETEXTO para justificar la convalidación del fraude del PRI.
La verdad, no creo a los magistrados tan patriotas y tan celosos de la ley como para que sea la primera opción.
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