Desde temprano se dio a conocer ayer que había 8 ejecutados en el Estado de México, en los municipios de Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Ecatepec, y que inclusive habían dejado un narcomensaje, sumando 4 de esos mensajes en 15 días. 2 por semana.
¿La respuesta del gobernador priista Eruviel Ávila? Hacerse el que no pasa nada y además poner pose de bravucón. Casi a las 17:00 horas, el diario Reforma publicó textuales las declaraciones de Eruviel:
"No nos van a amedrentar; andan dejando por ahí mensajitos y cartulinitas y demás; cada que dejen un mensaje, les vamos a dar más duro.
"No voy a permitir que se atente con la seguridad de la ciudadanía de este lugar, de esta región, del Estado de México", expresó Ávila."
Tres horas más tarde la cifra de muertos en el Estado de México subió a 9. Esta vez en Chalco.
O sea que la bravuconada de Eruviel Ávila de las "cartulinitas", de los "mensajitos" y del "les vamos a dar más duro" al crimen le importó muy poco. Y su "no voy a permitir que se atente contra la seguridad" le salió por atrás, ya de todos modos pasó.
La pregunta es: ¿esa va a ser la respuesta de Eruviel Ávila cada vez que haya más ejecutados en Edomex? ¿Hacerse el bravucón sin resolver nada?
¿Cuántos muertos tiene que haber entonces en el Estado de México para que Eruviel deje de valerle madre y empiece a admitir que está completamente rebasado por el crimen?
Y claro: si Eruviel no puede con el paquete, lo que debería hacer en vez de ponerse de bravucón, es renunciar al cargo. De nada le ayuda a los mexiquenses que el gobernador esté haciéndose el chistoso con un tema tan terrible como lo es las ejecuciones en el estado.
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