En entrevista para ADN Político, la encuestadora Ana Cristina Covarrubias admitió que le pidieron que alterara los resultados de su encuesta. Por dinero, se entiende.
La declaración de Covarrubias ocurrió cuando le preguntaron explicitamente que si creía que las encuestadoras falseaban sus datos. Dijo:
"Yo sí lo creería... que exista eso; incluso a mí me han hecho ofertas."
Pero cuando le preguntaron que si quién le hizo las ofertas, Covarrubias ya no quiso responder.
La excusa de Covarrubias para no responder fue que no le gusta el chisme y que le dan flojera los escándalos.
Ah qué bien. O sea que ella misma sabe que hay quién está pagando por alterar encuestas, manipulando de esa manera a la opinión pública, pero no tiene el valor civil de decir quién.
Hagamos un ejercicio de lógica entonces. ¿A quien temería Covarrubias balconear por peticiones de cuchareo? La respuesta más sensata, es alguien que podría ser potencialmente un cliente o que ya es su cliente.
El cliente, además, a juzgar por lo que dijo Covarrubias, es alguien interesado en política, ya que esas son, se infiere, las encuestas a cucharear.
La pregunta entonce es ¿quiénes fueron en esta elección los clientes de Covarrubias para encuestas políticas? ¿Estaríamos encontrando ahí al que buscó que Covarrubias alterar su encuesta?
Mientras son peras o manzanas, una cosa está clara: Covarrubias nunca le atinó al verdadero resultado de las elecciones con sus encuestas. Siempre le dió más ventaja a Peña Nieto de la que realmente tuvo. Fueron mas acertadas la encuestas de Ipsos-Bimbsa (se los dije y hasta video hice), la de Observatorio Universitario hecha con la metodología de Berumen.
Y eso que Covarrubias presumía que era la que más estados encuestaba.
Mientras Covarrubias no diga quién le pidió que alterara sus encuestas, no veo por qué volver a confiar en sus encuestas (o los que las publican), y más bien me quedo con la impresión de que fueron parte del uso mediático de las encuestas para favorecer al PRI.
PD: Por cierto que Covarrubias debería informar también de dónde salió realmente el dinero para sus encuestas y cuánto costaron.
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