Ahora resulta que algunos en la izquierda están indignados porque Marcelo Ebrard dejó ver que podría buscar la candidatura presidencial en 2018.
Los comentarios en Twitter al respecto de algunos izquierdistas, incluyendo a Gerardo Fernández Noroña, han sido lamentables.
Lo que los izquierdistas no dicen es que Marcelo dio a conocer su interés en buscar la candidatura presidencial de izquierda para 2018 desde noviembre de 2011, poco después de que se anunció que Andrés Manuel López Obrador sería el candidato de izquierda.
El "destape" ocurrió el 23 de noviembre de 2011 en una reunión con estudiantes del TEC de Monterrey en el DF, en donde un estudiante le dijo que ya no tenía opción para votar. Ebrard le respondió:
“Sí tienes, déjamela para el 2018. Para qué la malgastas”, lo cual fue festejado por los estudiantes.
Mismos estudiantes que hoy forman parte del movimiento #YoSoy132 y que tiene el apoyo irrestricto de la izquierda.
El estudiante, de acuerdo con Proceso, le hizo otra pregunta a Marcelo Ebrard:
"¿Cuál es su plan de acción de ahorita, cuando en el 2012 termina la jefatura (de Gobierno), al 2018 que lo vamos a esperar?"
Esta fue la respuesta de Ebrard:
“¿Qué es lo que voy a hacer el 13, 14? (…) Lo que sí te digo es que no necesitas estar en un cargo para hacer lo que tú quieres hacer, pensar y seguir pensando como piensas. Muy probablemente voy a estar en muchos puntos del país, ya aprendí que en las carreras tienes que salir seis años antes, eso de pocos meses, no funciona”.
Repito: NADIE en la izquierda cuestionó a Marcelo Ebrard por haber dicho eso. Al contrario. La izquierda no paraba de felicitar a Marcelo por la civilidad con la que se definió la candidatura de izquierda a la presidencia.
Y les voy a decir otra cosa: desde 2010 yo personalmente escribí un texto pidiéndole a Marcelo que declinara a la aspiración a ser candidato a presidente y que mejor se lanzara en 2018; que la de 2012 no era su elección, sino la de 2018. Y que con gusto lo apoyaría para ese entonces.
No voy a ser incongruente ni me voy a echar para atrás de la palabra que ya empeñé.
Y puesto que mucha gente en la izquierda estuvo de acuerdo con lo que escribí en 2010, también les voy a exigir congruencia y dejar de razgarse las vestiduras por las aspiraciones políticas de Ebrard.
La realidad es que Marcelo ha sido fiel al proyecto de AMLO -me consta- y el que diga que tiene una legítima aspiración a una candidatura en 2018 no lo hace ni traidor ni incongruente. Simplemente ejerce su derecho.
Véanlo de esta manera: si no hubiera hecho fraude el PRI, Marcelo iría a la Secretaría de Gobernación con AMLO y en 2018 hubiera sido el candidato natural de la izquierda a la presidencia.
Y todos en la izquierda lo estarían apoyando.
No caigan entonces en el amarre de navajas que pretende la derecha para dividir a la izquierda y causarle problemas tanto a AMLO como a Ebrard.
La realidad, y esto ya lo dije en esta columna, es que de no anularse la elección el PRI llegaría al poder sin legitimidad y repudiado por la mayoría de los mexicanos. El adversario para el PRI, por lo tanto, sería Marcelo Ebrard. Justamente por eso es que tratan de atacarlo tratando de voltear a la izquierda en su contra.
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