De acuerdo con Reforma, los representantes de Movimiento Progresista acusaron al IFE de imparcialidad y omisión durante la campaña al no resolver las denuncias de rebase del tope de campañas, financiamientos indebidos, compra y coacción de voto.
Especificamente, el representantel PT, Herón Escobar, acusó a Valdés Zurita de haber acudido a Los Pinos luego de las elecciones del primero de julio, exigiéndole que aclare a qué fue.
Valdés Zurita respondió que no ha ido a Los Pins y quien afirme eso miente.
"Es una mentira que no puede ser aceptada por este órgano electoral y que rechazo tajantemente", dijo.
Los representantes de los partidos de izquierda continuaron cuestionando al IFE cuestionando cuánto costó cada voto, de dónde surgió el dinero, si fue del crimen organizado, o de recursos públicos de los estados.
"¿Por qué tapar la basura y esconderla, por qué no revelar las quejas, por qué esperar 5 años, por qué decir que no los obliga la ley anticipar la conclusión de estas quejas? ¿A quién se pretende cubrir u ocultar?", cuestionaron.
Por su parte, los consejeros del IFE se hicieron los ofendidos. Marco Antonio Baños, por ejemplo, dijo que era inadmisible que se pretendiera continuar con la descalificación de la elección.
Camerino Márquez le respondió que "ensuciaron el proceso aquellos que asistieron a cenas privadas a cabildear, a hacer actitudes a favor de candidatos y precandidatos y eso lo registra la historia y la opinión pública".
Le echó en cara, además, la cena de Baños y la entonces presidenta del tribunal electoral, Maricarmen Alanís, con representantes de la candidatura de Enrique Peña Nieto y con el candidato a consejero electoral, Enrique Ochoa.
Baños respondió que Márquez no estaba probando nada.
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