Milenio empezó a publicar datos de Estados Unidos que indican que el empresario José ha usado varios nombres y tiene demandas en su contra por un negocio de bienes raíces en el que participaba. Que por la subasta de una propidad.
La intención de dinfundir eso claramente tiene la intención de desprestigiar a Aquino y de esa manera tratar de restarle peso a la demanda que interpuso en Estados Unidos contra el equipo de campaña de Enrique Peña Nieto por un fraude de 56 millones de dólares, los cuales se buscaba usar para una campaña promocional de Peña Nieto en Estados Unidos y que al final se depositaron en cuentas de priistas. Algunes dicen, inclusive, que se uasron para comprar tarjetas Monex.
Pero esto más que ayudar al PRI y a Peña Nieto, los hunde más. Vea usted por qué:
Para empezar, todas las empresas que han estado ligadas a la compra de tarjetas Monex para la campaña de Peña Nieto tienen algún tipo de problema de identidad, o de domicilio fiscal, o de información sobre sus verdaderos dueños.
Todas: Efra, propiedad del hijo de un ex funcionario priista con Miguel de la Madrid; Inizzio, con socios fundadores albañiles y uno de ellos muerto; Tiguan y Koleos, propiedad de proveedores de utilitarios de campaña de Eruviel Ávila; y hasta la propia Alkino, única empresa reconocida oficialmente por el PRI como proveedora de tarjetas Monex para la campaña del PRI, comparte domicilio con otra empresa y cuando se registró ante el registro de la propiedad, nisiquiera tenían domicilio fiscal.
Es decir, el PRI se valió de empresas que tienen señalamientos de ser irregulares, por decir lo menos.
Y Aquino, con las nuevas acusaciones en su contra de conducta fraudulenta, encaja perfectamente en los perfiles de las empresas que ha usado el PRI.
Vaya, parecería que el PRI hubiera buscado especificamente empresas y empresarios que le pudieran faverecer a Peña Nieto precisamente por tener un perfil aparentemente irregular. Los delincuentes priistas simplemente buscaron quien les seguiría el juego.
Así que por más lodo que le lancen a Aquino, al final lo hacen cada vez más cercano al perfil de las empresas que sí ha usado Peña Nieto; con fuertes sospechas de haberse prestado a la corrupción del PRI.
Si José Aquino termina siendo declarado corrupto por una corte, realmente la única lectura a es será "ah, pues con razón lo buscaron; porque el PRI quería algo chueco."
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