No sólo hay impugnación para la elección presidencial (hay más de 350 impugnaciones a la elección presidencial, por cierto), sino también a las elecciones para Senadores y Diputados.
De acuerdo con La Jornada, hay 28 impugnaciones para las elecciones de Senador y 76 para las elecciones de diputado. Es decir, practicamente la mitad de las elecciones legislativas.
13 impugnaciones de la elección de Senadores y 30 de diputados federales son de los partidos de izquierda;Cinco de las impugnaciones de la elección para Senador y 23 para diputados federales son del PAN, mientras que 8 para senadores y 20 para diputados federales son ¡del PRI!
Momento. ¿Del PRI? ¿Pues no que el PRI se oponía a las impugnaciones?
Ah, pues lo que pasa es que el PRI quiere el control absoluto del Congreso, y mientras más legisladores tegan, más plurinominales les dan, y más control tienen del legislativo.
Lo cual quiere decir que el PRI no tiene autoridad moral para quejarse de que se están impugnando las elecciones presidenciales, ya que ellos también están impugnando las elecciones legislativas.
Lo más cínico del asunto es que el PRI está impugnando en donde ya gobierna o tiene mayoría legislativa: Veracruz, Querétaro, Yucatán, San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila y Baja California. ¿La razón? En los primeros tres casos porque la diferencia entre el primero y el segundo lugar fue de más de 1% pero de menos de 2%. Es decir, donde realmente no hay motivo para impugnar.
¿O qué van a impugnar los priistas en Veracruz? ¿Uso de recursos públicos por el gobierno del Estado pafara favorecer al PAN? No me hagan reir.
El caso de Nuevo León es también interesante: ahí la diferencia entre el primer y segundo lugar sí fue menor a 1% (0.87%), por lo cual el PAN pide recuento. Pero el PRI trata de bloquearlo con una impugnación para que NO se recuenten los votos.
Es una gran hipocresía, entonces, que el PRI se queje de la impugnación de AMLO cuando el propio PRI está impugnando para que no se cumpla la ley.
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