Ante las inminentes protestas que se avecinan contra Enrique Peña Nieto por el fraude electoral que cometió en la elección presidencial, 17 congresos locales, la mayoría priistas, se apuraron a aprobar la reforma política aprobada por la Cámara de Diputados en abril pasado.
La reforma en cuestión contiene un cambio a la Constitución que permite que el siguiente presidente pueda tomar protesta donde sea si no lo puede hacer ante el pleno de las dos cámaras del Congreso de la Unión. Simplemente tiene que ir a cualquier lugar donde esté el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y punto.
Esa modificación fue para evitar que pasara lo que ocurrió en 2006, cuando los partidos de izquierda tomaron la tribuna para impedir que Felipe Calderón tomara protesta.
De esta forma, cuando exista un presidente espurio, emanado de un fraude electoral, como lo fue Calderón, y exista un enorme repudio popular contra su toma de protesta, no tendrá que pasar por el bochornoso trance de que la gente se lo impida cercando el congreso, tomando la tribuna, etc.
Pues bien, ante las manifestaciones que se anunciaron por organizaciones civiles para impedir la toma de protesta de Peña Nieto rodeando al Congreso de la Unión, ayer el Senado anunció que 17 estados ya aprobaron la reforma política, por lo cual si la gente cerca el congreso, y la oposición toma la tribuna, Peña Nieto tendría que ir a otro lado a tomar la protesta... por las protestas.
Si eso sucediera, sentaría un importante precedente social: dejaría claro desde el principio del sexenio que Peña Nieto es repudiado; que no cuenta con el respaldo de la mayoría de los mexicanos y que de plano tuvo que tomar protesta haiga sido como haiga sido y a hurtadillas.
Dejará claro, además, que será igual que Felipe Calderón: un espurio que no tendrá margen de maniobra más confrontándose con la gente.
En ese sentido sí creo que sea buena idea que la gente rodee la Cámara de Diputados para obligar a Peña Nieto a irse a otra parte a hacer una toma de protesta a otro lado y ante los ojos de los mexicanos, lo que destaque sea su ilegitimidad.
Así fue con Calderón. Así será con quien sea que pisotee a la democracia en México.
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