Esta semana la portada del semanario Proceso muestra una foto de Isabel Miranda de Wallace, candidata del PAN a la Jefatura de Gobierno del DF y activista contra la delincuencia organizada, cuando fue fichada por las autoridades capitalinas acusada de los presuntos delitos de resistencia de particulares y homicidio en grado de tentativa.
Miranda de Wallace fue, en efecto, arrestada en 1998 por obstruir el trabajo de las autoridades del DF cuando intentaban quitar 3 anuncios espectaculares que la empresa de la hoy candidata, Showcase Publicidad, que estaban en una zona de alto riesgo en Tlalpan.
De acuerdo con Proceso, no sólo obstruyó a las autoridades sino que además ordenó a sus empleados atacar a quien se subiera a los espectaculares.
Isabel Miranda de Wallace fue absuelta, no obstante. Pero el que Proceso haya sacado a la luz este episodio le causa a Wallace, quiéralo o no, una seria abolladura.
La abolladura no es a su candidatura —la cual está hundida en el tercer lugar, de donde de todos modos no se iba a levantar— sino a su imagen de Eliot Ness; de activista contra los malosos; de promotora del estado de los derechos de las víctimas.
Pero según el incidente de narra Proceso, doña Isabel Miranda de Wallace no quiso cumplir con la ley y hasta ordenó a sus empleados que se atacara a quien se acercara a sus espectaculares, lo cual incluía a quien pretendiera hacer valer la ley.
Y es que es precisamente con esa imagen de Eliot Ness con la cual Isabel Miranda ha podido tener influencia en un sector importante de la opinión pública. De esa forma pudo meter su cuchara hasta donde nada tenía que hacer, como en el caso de Florence Cassez.
¿Cómo va a tener la misma credibilidad ahora? ¿Cómo va a poder quejarse ahora si absuelven a Florence Cassez?
Después de todo, a Isabel Miranda de Wallace también la absolvieron.
Por eso mejor AMLO 2012.
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