Hoy me encuentro con que varios twitteros se quejan por la defensa a Enrique Peña Nieto en cierto sitio que solía ser pejista y ahora es peñanietista.
Lo único que les puedo responder es esto: Desde hace MESES les he estado advirtiendo que reciben línea del PRI y que, por lo tanto, no valía la pena visitar ese sitio.
Pero muchos no hicieron caso.
Ahora bien, para que quede bien claro por qué he estado señalando la venta de glúteos de ese sitio a Peña Nieto, les voy a platicar algo que ocurrió luego de que pasaron las elecciones de Edomex el año pasado:
Un día fui citado a un departamento en Polanco en donde se me dijo de manera escueta:
"Fuimos ayer a Xalapa. Duarte nos apoya. Pero pues... a Duarte lo están presionando mucho los gobernadores y el CEN del PRI. Él no se raja, pero pues... hay que ayudarlo. Entonces ya no hay que pegarle a Peña Nieto. Ni a Eruviel. Y de preferencia que Andrés Manuel ya no salga en la página principal."
Nunca cambié mi línea editorial. Yo seguí criticando a Peña Nieto como siempre y consta en mis columnas. Eso causó malestar.
A partir de ese entonces yo de plano ya no quería seguir ahí. El problema era que si yo me salía, estos eran capaces de hacerme lo que le hicieron a Jesús Ortega. Me dijeron que le iban a reportar pérdidas por el documental al que aportó dinero; si eso era cierto o no, no lo se, pero me sonó a que no era el caso y nadamás se querían transar a Ortega.
¿Y si me pretendían estafar a mi?
Finalmente llegó septiembre y me hicieron la propuesta: vender parte de la empresa y ya salirme. La excusa oficial fue que "andan muy mal las cosas economicamente, luego a lo mejor tú le vas a tener que meter dinero, etc".
"Chinga tu madre, tú me quieres estafar", pensé. Acepté entonces salirme. Ya era el colmo: censura, venta de nalgas al PRI y de pilón mentiras y más mentiras. No; a volar.
Lo de los problemas económicos era falso, desde luego. Más bien se pretendía redistribuir mi sueldo para comprar a dos monitos cilindreros que les aplaudirían todo y obedecerían sin chistar. Algo que yo jamás hubiera hecho ni permitido.
(Paréntesis: mientras yo estuve ahí estuvieron a punto de despedir DOS VECES a uno de los ahora monitos cilindreros, primero, por haberse atrevido a ejercer su derecho a la libre expresión, y luego con el pretexto de que no tenía suficientes seguidores en Twitter. Fui yo quien intervino para que no ocurriera. Y es más; fui yo quien abogó para que no fuera despedido tras mi salida. Hoy el monito cilindrero está bien comprado y obediente —le pagan la renta— y hasta se cree las "teorías" del mitómano de carrera que lo tiene comprado de que dizque yo soy "chepinista".)
Cuando se me hizo la propuesta de que me saliera de ahí, DOS VECES me hicieron la misma pregunta capciosa: "Ni modo que nos vendamos al PRI." Las dos veces dije que no. Tiempo después me enteraría que el mitómano de carrera estuvo diciendo que dizque yo me había ido con Peña Nieto; que yo se lo había dicho y que además tenía pruebas. Falso.
Meses después, el mismo mitómano de carrera salió con la batea de babas de que con quien me fui fue con Josefina Vázquez Mota. Tampoco era el caso. De hecho, las notas más vistas de blogdeizquierda.com han sido precisamente las notas donde criticamos y denunciamos a Vázquez Mota.
Ahora bien, esto que les estoy diciendo es apenas una fracción de lo que ha ocurrido. Hay bastante más. Cosas que tienen que ver con hostigamiento y cosas peores. Todas con testigos. Todas demostrables.
Cada quien que decida que sitios quiere visitar entonces. Yo lo único que les voy a decir es que visitar sitios que se venden al PRI equivale a ayudar a Peña Nieto.
Ustedes sabrán. Nadamás no se quejen después.
Por eso mejor AMLO 2012.
PD: El hambre es canija. Pero ni el hambre justifica a la miseria humana.
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