El sondeo estuvo en línea apenas unas horas, tiempo más que suficiente para que los internautas que participaron en el mismo dejaran clara una cosa:
AMLO arrasaba en dicho sondeo, 10 a uno sobre Josefina Vázquez Mota, y VEINTE A UNO contra Enrique Peña Nieto. ¿La respuesta de Milenio? "Bajar" el sondeo, esconderlo, tratar de tapar el sol con un dedo. Y luego, el silencio.
Ni una palabra ha dicho Ciro Gómez Leyva sobre el fiasco de su encuestita pitera, por la que, nos informan, ya rodaron cabezas al interior de ese diario (ninguna de primer nivel, desde luego; los "paganos" siempre son los más jodidos). No dijo ni pío ni siquiera ayer cuando, entrevistado en el programa de Denisse Maerker en Grupo Fórmula, el propio López Obrador sacó una hoja de papel con la imagen que ustedes ven arriba, y denunció la hipocresía de Milenio al "desaparecer" la encuesta sin dar explicaciones. Un señalamiento directo, pero ni así acusó recibo Gómez Leyva.
Es lógico. ¿Qué podría decir? ¿Que quitaron el sondeo porque hubo "fallas técnicas"? ¿Que se cayó el sistema? Vamos, ni siquiera atinó Ciro a mentir descaradamente, como en tantas otras ocasiones ha hecho frente a evidencias claras de su corrupción editorial. Pudo haber dicho: nos hackearon, esos malosos pejistas que nos critican orquestaron un ataque cibernético, pobres de nosotros los adalides de la libertad de expresión, ¡ay, mis hijos! Pero no. No dijo NADA. No atinó a decir nada. Se quedó pasmado, viendo cómo la gente, sus lectores, dejaron claro que vomitan la mierda que Milenio quiere recetarles a toda costa; que no están dispuestos a tolerar que sea la tele quien les imponga al próximo presidente, y que saben perfectamente que Milenio es un cáncer en el periodismo de este país.
Enmudeció Ciro. Por el bien de la república, su mutismo debería ser permanente. Con un gobierno democrático, que corte de tajo privilegios y cochupos, tenemos confianza en que así sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario