La agenda de esta semana de Andrés Manuel López Obrador incluye tres reuniones que pocos se esperaban: con integrantes de Coparmex en Veracruz este próximo miércoles 18; con el Episcopado Mexicano el mismo día, y luego con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial el viernes 20 de abril.
¿Con los mismos que le hicieron guerra sucia en 2012? ¿Con la iglesia que llama a votar por partidos que no sean de izquierda? A no pocos izquierdistas les parecerá inexplicable.
Pero sí hay una explicación muy sencilla: como Presidente, AMLO tendría que gobernar para todos, incluyendo a Coparmex, CCE e iglesial. Reunirse con ellos simplemente muestra que tiene la disposición para trabajar con todos los sectores del país para sacar a México adelante.
¿Es eso malo? Claro que no. AMLO no hará concesiones en sus principios. Ya la semana pasada, en una reunión con empresarios, dijo claramente que no cree en las reformas estructurales que quieren algunos empresarios ya que se trata de fórmulas que imponen los organismos financieros internacionales.
En cambio, AMLO le ofrece a los empresario seguridad, no expropiar, reducir impuestos —eliminando el IETU— y ofreciendo créditos económico para fomentar el crecimiento económico en el país.
A cambio, se acabarían los privilegios fiscales, la corrupción y el despilfarro en el gobierno federal.
Y con la iglesia el trato sería de respeto. Cada quien es libre de creer lo que quiera.
Me parece que es algo muy razonable y festejo que AMLO haya tomado la decisión. Demuestra que AMLO no está peleado ni con los empresarios ni con la iglesia, y que lo único que busca es ofrecer a todos la oportunidad para unirse y sacar al país adelante.
Por eso mejor AMLO 2012.
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