Puedo entender el desencanto de muchas personas con la política. Particularmente de las personas de buena voluntad. Cuando la buena voluntad se efrenta a traiciones, ambiciones vulgares y podredumbre por el estilo, dos cosas pueden ocurrir: o la decepción y la apatía, o la denuncia para impedir que ese cochambre siga impidiendo que el país avance.
Creo que en la izquierda debemos optar por lo segundo: no claudicar ni entrar en la apatía, sino denunciar la podredumbre.
Estas crónicas, que inician hoy en blogdeizquierda.com, son una denuncia pública de la podredumbre que ha intentado treparse la izquierda. Soy de izquierda. Creo en el proyecto de izquierda, y por lo tanto creo que es mi deber el denunciar a los que tratan de dinamitar a la izquierda.
- Victor Hernández
EL MEME INCÓMODO
2008. El uso de Twitter en México estaba apenas en su infancia. Sin embargo, algo causó conmoción: un spot del PT que afirmaba "estaríamos mejor con López Obrador."
De repente, "estaríamos mejor con López Obrador" se convirtió en la frase del momento en Twitter. Algunos hacían chistes como "se me cayó mi helado al piso. Estaríamos mejor con López Obrador" y otros decían la frase para denunciar las tropelías del PAN.
Fueron decenas de miles de veces las que se repitió la frase en Twitter. Se había convertido en un hit. Hoy en día sería nota principal en cualquier medio en internet. Yo lo sabía. Decidí escribir una nota al respecto.
Poco después de publicar la nota —creo que no pasó ni una hora— recibí una llamada telefónica de España. A gritos me reclamaban que por qué había subido esa nota. Pues porque es noticia.
"¡Nos tenemos que deslindar de Andrés Manuel! ¡Yo estoy buscando anunciantes y les estoy diciendo que ya no tenemos nada que ver con él!"
Pues es noticia. Es lo que está ocurriendo en Twitter.
¿Twitter? Ni sabía lo que era Twitter el mequetrefe este.
Lo ignoré. No iba a traicionar a AMLO por un berrinche. Me negué a retirar la nota.
Fue ahí donde me di cuenta de que de mi dependía que no fueran a traicionar a Andrés Manuel. Mientras yo estuviera ahí, mientras no hubiera otro proyecto, Andrés corría el riesgo de ser traicionado en cualquier momento, como eventualmente ocurrió. No lo quise permitir.
Poco a poco me fui dando cuenta de que estaba tratando con alguien de mala entraña. De mi dependía el frenar sus intentos por afectar a Andrés Manuel.
Continuará...
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